Empresarios de Barcelona ofrecen la histórica Sala Bikini de Barcelona, discoteca y club de conciertos con 70 años de historia, por un precio de 3,5 millones de euros. Influyentes empresarios de la zona alta de la capital catalana ofrecen el establecimiento de ocio nocturno situado en la parte trasera de L'Illa Diagonal, aunque el prestigioso Grupo Sutton, su actual gestor, atribuye el movimiento a "intoxicaciones". Asegura que "seguirá". 

Sea como fuere, Bikini se ofrece a inversores. Lo han explicado directivos de la intermediación inmobiliaria, que indican que el club se ofrece en forma de traspaso por 3,5 millones.  ¿Quién asegura que vende la discoteca? Empresarios conocidos de la capital catalana que, también, están muy bien conectados en el terreno político. 

El dosier de venta: "Mejor sonido de España"

¿Qué dice el dosier de venta? El documento, al que ha accedido este medio, sostiene que "se traspasa la concesión de una de las discotecas y sala de conciertos más emblemáticas de la Ciudad de Barcelona". Son 4,625 metros cuadrados, según el Catastro, con "casi 3.500 metros cuadrados destinados a espacio para espectáculos en diferentes plantas". 

Imagen del dosier de traspaso de la Sala Bikini de Barcelona Cedida

Los vendedores sostienen que Bikini, donde han tocado estrellas como Iggy Pop, Marilyn Manson o Kylie Minogue, "forma parte de la historia nocturna de Barcelona". Nació "en 1953" pero sigue en plena forma "abierta a todo tipo de propuestas para el ocio y el negocio". Para ello, precisa el mandato de venta, cuenta con "uno de los más modernos y completos equipamientos de sonido para conciertos de España". 

Sutton: "Lo sabemos y son rumores: seguiremos"

Preguntado por la cuestión, el propietario y director de la compañía, Antonio Cano, ha admitido que "conoce los rumores, hace un año que los escuchamos". Según él, "no son verdad, es pura intoxicación interesada". Cano recuerda que "se ha dicho mucho sobre Sutton, como que vendíamos aquello o lo otro. Y jamás ha sido verdad". Frente a ello, la firma asegura que "está comprometida con Bikini". 

Imagen del centro comercial L'Illa Diagonal, de los Sanahuja y AXA Cedida

El empresario y directivo razona que "no tiene sentido hablar de traspaso si es una concesión junto al resto de L'Illa Diagonal". Lo que es más, asegura que la decana sala "funciona muy bien" y que "estamos haciendo obras de reforma cuyo resultado presentaremos en septiembre". 

Hubo una batalla entre socios

En cualquier caso, la venta --o "rumores", según el gestor-- de Bikini llegan después de que tuviera lugar un pulso entre la familia Cano y los accionistas minoritarios por el curso del negocio en 2016, como explicó Crónica Global. Aquel año, los accionistas Gustavo Alfonso Villa y Henri Louis Hening trataron de dar un volantazo a la compañía ante las pérdidas que arrojaba el club de la calle Déu i Mata tras años de beneficios. 

A día de hoy y en el terreno registral, la sociedad mercantil la administra en solitario Antonio Cano

70 años en dos fases

En cualquier caso, el posible cambio de manos --o reapertura por todo lo alto tras una reforma-- de Bikini añadirá otro capítulo a una fecunda historia. La sala nació a pie de avenida Diagonal en 1953 como un club de ocio nocturno con bolera, jardín y minigolf. Inspirado en los establecimientos de corte estadounidense, lo firmó el arquitecto Julio Chinchilla. Permaneció operativa hasta 1990, cuando fue derribada.

La Sala Bikini, en la ubicación que ocupó entre 1953 y 1990 Cedida

Tras un ínterin de seis años, se trasladó a la parte trasera del centro comercial L'Illa Diagonal, que construyó la familia Sanahuja, los fundadores del grupo inmobiliario Sacresa, que quebró en 2010. 

Excepción

Si se consumara un relevo al frente de Bikini, sería una auténtica excepción en el sector del ocio nocturno de Barcelona. Es así porque la normativa urbanística y de usos limita sobremanera la apertura de nuevos negocios de esta índole en la trama urbana, por lo que los actuales gestores se aferran a los permisos, que se han revalorizado. Se trata de un caso similar al de los hoteles, que han vivido un proceso inflacionario por las trabas de los dos gobiernos de Ada Colau a las aperturas. 

De hecho, la última gran operación en la industria en Barcelona fue una recompra: la que hizo el Grupo Costa Este con Pachá cuando los fondos propietarios del Hotel Arts le echaron el lazo en una subasta pública. La firma de los hermanos Bordas ejerció el derecho de adquisición preferente y se quedó con el negocio.