El Ibex 35 llega al final de la presente legislatura prácticamente en los mismos números que presentaba cuando se inició, allá por los primeros días de 2020. Apenas 37 puntos separan el cierre de este viernes, previo a las elecciones generales, del registrado en la víspera de la sesión de investidura. Un efecto en principio neutro que, en realidad, no es tal si se compara con la evolución del resto de las principales bolsas internacionales en este periodo.
Salvo contadas excepciones todas ellas registran revalorizaciones superiores al 20% en estos tres años y medio notablemente turbulentos, que han incluido la peor pandemia de las últimas ocho décadas, la consiguiente crisis económica y, por último, la sorprendente invasión de Ucrania por parte de Rusia, que prosigue cerca de año y medio después de arrancar.
Avances superiores al 20%
En cifras exactas, el Ibex 35 ha perdido un exiguo 0,34% durante la legislatura; un periodo en el que los principales índices de París y Milán han avanzado más de un 22%; por su parte, Francfort se ha revalorizado cerca de un 24% y Amsterdam lo ha hecho algo más de un 26%.
Otra de las referencias habituales de los mercados de renta variable en el Viejo Continente, el índice paneuropeo EuroStoxx 50, que incluye las mayores empresas de la eurozona, presenta avances del 16,5% entre enero de 2020 y el cierre de este viernes.
Si se cruza el charco hasta Wall Street, el Dow Jones muestra una evolución muy similar a la de los indicadores europeos, con avances del 22%.
No obstante, es el índice de la Bolsa de Nueva York que ha mostrado un comportamiento más moderado en este periodo. Por encima se sitúa claramente el S&P 500, con avances superiores al 39% mientras que el tecnológico Nasdaq destaca por encima del resto con una apreciación del 55%.
En zona de máximos
La mayoría de los indicadores citados, salvo la excepción de Milán, comparten además una circunstancia añadida, como es el hecho de cotizar en la actualidad en zona de máximos históricos.
Entre las bolsas mundiales de referencia, tan sólo Londres y Sao Paulo registran rendimientos similares al Ibex, con avances simbólicos próximos al punto porcentual.
A la vista de las cifras, no puede considerarse que la legislatura que ahora finaliza haya sido un contexto idílico para el mercado español, que se ha visto visiblemente penalizado tanto por el hecho de que el desplome del PIB fuera el mayor entre las primeras economías del mundo como la costosa recuperación posterior.
La crisis provocada por el coronavirus agravó los desequilibrios que ya presentaba la economía española antes de la irrupción del Covid-19, con unas elevadas cifras de déficit y deuda pública que no han hecho sino agudizarse en los últimos años.
Recuperación retardada
El reflejo en la bolsa también ha contado con un elemento diferencial, como es el hecho de que el Ibex 35 sea el único de los grandes indicadores europeos que no ha sido capaz de superar la cotización previa al desplome sufrido por los mercados debido a la pandemia.
Una circunstancia que se ha trasladado al escenario macroeconómico, en el que España también ha sido de los últimos estados en recuperar las cifras de PIB que presentaba en 2019, el ejercicio anterior a la irrupción del virus.
Crece el riesgo país
En el mercado de renta fija, el balance de la legislatura tampoco presenta aspectos demasiado positivos. La prima de riesgo, el diferencial del rendimiento del bono a 10 años en el secundario respecto del bono alemán, se ha elevado cerca de 35 puntos básicos y se encuentra ahora por encima de 100 cuando no superaba la cota de 70 al inicio del mandato del actual Gobierno.
Como referencia, el diferencial del bono italiano apenas ha variado en este periodo y se mantiene en torno a los 165 puntos básicos en el que se encontraba al inicio de 2020.
Tampoco ha mostrado demasiada volatilidad la prima de riesgo del vecino Portugal, que ya se encontraba levemente por debajo de la española (aunque con una diferencia de apenas cinco puntos básicos), y que ahora marca una distancia que supera los 30 puntos.