En el Real Club de Polo también se vota. El elitista club deportivo, que cuenta con más de 11.000 socios, celebrará elecciones en la segunda mitad del año con un formato inédito. Por primera vez en la trayectoria de la sociedad hípica se prevé que hasta cinco candidatos compitan por suceder en la presidencia a Curro Espinós de Pascual. El empresario no se presentará a la reelección tras agotar su segundo mandato al frente de la entidad, como informó en la asamblea de socios del pasado abril.
Con los estatutos en la mano, no es difícil prever el calendario electoral. El próximo enero expira el mandato de la actual junta integrada por 25 miembros. Dentro de un periodo previo de seis meses deben constituirse tanto la junta como la mesa electoral --cada uno de estos órganos está formado por cinco socios del club elegidos por sorteo--, publicarse el censo y, una vez resueltas las alegaciones del mismo, fijar la fecha de la votación.
Sin voto electrónico
Por tanto, se espera que el reloj electoral se ponga en marcha próximamente. Aunque un portavoz de la institución ha precisado a este medio que aún no se ha adoptado ninguna decisión al respecto.
Aún otro apunte: los estatutos contemplan hasta siete jornadas de votación, lo que facilita la participación de la masa social. Además, fijan que el voto solo puede ser presencial. Una prevención oportuna ante las irregularidades experimentadas con el voto electrónico por otras entidades como la Cámara de Comercio de Barcelona.
600 avales por candidato
Para concurrir a la cita con las urnas, cada aspirante debe recabar un mínimo de 600 avales en un plazo de entre siete y quince días. Entre los nombres que suenan en esta pugna están los de Pablo Sánchez y Javier Moreno. Ambos forman parte de la junta como vicepresidente primero y responsable de la sección de tenis, respectivamente, pero hasta ahora no han pactado ir juntos a la contienda.
El desdoblamiento de la opción continuista fragmenta este bloque y da alas a candidatos considerados críticos como el abogado José María Cardellach, la arquitecta Isabel Espiau o Paco Castell, que amagan con dar un paso al frente. Por tanto, la situación de la casa es muy distinta a cuando Espinós no tuvo contrincantes en 2016 y pudo sustituir cómodamente a Eudaldo Bonet.
¿Turbulencias internas?
El club afronta estos comicios en un momento dulce. A la buena salud de la masa social se suman nuevos proyectos como la remodelación de sus instalaciones valorada en 13 millones de euros. Además, la entidad encara este nuevo ciclo con sus finanzas en óptimo estado de revista.
Este contexto, sumado a la proliferación de candidatos, suma interés a la contienda. Aún así, las fuentes consultadas desean que no se susciten las tensiones internas desencadenadas en los procesos similares del Círculo Ecuestre y el Círculo de Economía.
Más que un club
Fundado en 1897, el Real Club de Polo fomenta la práctica de la actividad física a través de las federaciones a las que se encuentra afiliado: hípica, hockey, pádel, polo y tenis. También es la sede de la Longines FEI Nations Cup, la final mundial de la Copa de Naciones de hípica. Asimismo, destaca por el perfil familiar de sus asociados, que a menudo heredan el carné de generación en generación.
Pero a nadie se le oculta que las canchas son algo más que un espacio de recreo. La institución es uno de los refugios de la alta burguesía barcelonesa donde los apellidos más eximios de la capital, como los Rodés, los García-Nieto o los Molins, se reúnen no solo para solazarse, sino para escribir parte de la intrahistoria de la ciudad. El Real Club de Polo también es más que un club.