El Covid ha cambiado la forma de viajar y, aunque tras la pandemia se ha reactivado con mucha fuerza el interés por el turismo, los visitantes han buscado nuevas maneras de desplazarse de la forma más cómoda posible y con el máximo ahorro. Para lograrlo, una de las tendencias en auge es la de reservar vuelos en business pero en una aerolínea low cost, lo que a menudo permite encontrar ofertas más baratas en comparación con un asiento de clase turista en las compañías tradicionales.
Es tal la demanda de este tipo de vuelos que aerolíneas low cost de largo radio como Level tienen agotadas hasta septiembre las plazas en business para volar desde Barcelona hasta destinos como Nueva York, pero siguen teniendo asientos libres en la clase económica. Por ejemplo, la ida y vuelta a estas dos ciudades en un asiento premium de esta línea aérea cuesta 749 euros. Para las mismas fechas (del 22 al 29 de octubre), el precio de la categoría más económica de United Airlines asciende a 1.351 euros.
Viajar barato como VIP
En el caso de Level, un billete premium incluye asientos amplios e inclinables en una cabina separada, embarque prioritario sin colas, mantas, almohadas, un neceser, una pantalla de televisión y auriculares, un menú completo de tres platos, bebidas y una comida más ligera antes de llegar al destino. La tendencia del low cost de lujo se da sobre todo en los vuelos de largo radio, es decir, superiores a las seis horas; pero también es posible aprovechar esta modalidad en los de medio radio (de entre tres y seis horas).
A modo de ejemplo, un pasaje de Iberia para ir de Madrid a Budapest el próximo 16 de agosto cuesta un mínimo 385 euros en clase economy. En la misma fecha, la low cost húngara Wizz Air ofrece billetes a 206 euros en su categoría superior. Se trata de Wizz Plus & Flex, que incluye la elección de un asiento con más espacio en las primeras filas, embarque con prioridad, reembolso gratuito, y la facturación de maleta de 32 kilos, así como una maleta y bolsa de mano.
Ahorradores, pero con menos variedad
La posibilidad de viajar en business de forma más barata queda, sin embargo, limitada por la oferta de rutas en cada aeropuerto. En las que tienen mayor competencia, la disponibilidad es mayor, mientras que otras conexiones están operadas por una sola aerolínea. Es el caso del vuelo directo de Barcelona a Dubái, que controla Emirates en exclusiva. Aquellos que prefieran viajes largos con la comodidad del business y el precio del low cost deberán conformarse con un catálogo de destinos más reducido.
Otro aspecto que restringe la oferta de este tipo de vuelos es la retirada de la low cost escandinava Norwegian, que decidió eliminar todas sus rutas de largo radio y centrarse solamente en volar en Europa y sus proximidades inmediatas. Si bien es cierto que su fundador creó otra aerolínea centrada en los vuelos largos, Norse Atlantic Airways, su alcance es por ahora modesto y no dispone de ninguna base en los aeropuertos españoles. Por otro lado, Barcelona se ha consolidado como nexo aéreo intercontinental, pero todavía no ha recuperado todas las conexiones internacionales de antes de la pandemia y arrastra el reto pendiente de ampliar una de las pistas de El Prat.
Ya no se viaja igual
Pere Suau-Sánchez, profesor de gestión aérea de la UOC, considera que este tipo de cambios forman parte de las nuevas preferencias de los viajeros: "El consumidor está buscando mecanismos para poder seguir volando con precios asequibles". Eso sí, "en el largo radio, hay menos donde elegir y si quieres ir lejos y vas con Level, no tienes tanta diversidad de opciones", advierte. "El consumidor busca precios cuanto más bajos mejor", sintetiza el también docente de la Universidad de Cranfield.
Asimismo, el investigador destaca los "cambios de comportamiento en el consumidor", por ejemplo en el de "poder adquisitivo medio y bajo", que últimamente opta por "reservar antes" con tal de ahorrar. Estos viajeros "planifican más para acceder a tarifas más bajas", mientras que "otros perfiles más acomodados sostienen tarifas más altas" que pueden reservarse con menor antelación. Por otro lado, apunta que las aerolíneas de corto radio se han recuperado de la pandemia mucho más rápido que las de largo alcance, y la oferta de rutas se ha visto reducida porque las aerolíneas han priorizado aquellos vuelos más populares y que aportan una mayor rentabilidad.