Barcelona usa lo ingresos de la tasa turística para pagar su aportación de la Copa América de vela de 2024. El ayuntamiento ha inyectado los primeros 2,4 millones a la organización de la carrera de regatas por medio de Turisme de Barcelona, procedente de los fondos procedente del impuesto a visitantes.
Es lo que aprobó el gobierno municipal de Barcelona en Comú (BComu) y el PSC en la última comisión de gobierno celebrada la semana pasada, cuando dio luz verde a la asignación de 5,4 millones del impuesto a las estancias en establecimientos turísticos (IEET) por valor de 5,4 millones de euros, de los cuales la Copa América se lleva 2,4 millones.
Financiación a los bancos
La aportación municipal es valiosa porque como explicó este medio, la contribución de la Generalitat de Cataluña se ha retrasado por la dilación en las negociaciones de los presupuestos autonómicos de 2023, que finalmente ha pactado el Govern con el PSC.
Ante ello, el Emirates Team New Zealand, organizador, tuvo que recurrir a la banca ante la falta de implicación, al menos financiera, de algunas de las administraciones implicadas. Eso sí, los gobiernos se han comprometido a devolver al Emirates lo pedido al sector financiero.
La cantidad que pone Barcelona, con lupa
Hay otro ángulo. Los fondos públicos que pone el ayuntamiento para organizar la 37ª edición de la Copa América de vela en la Ciudad Condal son clave porque uno de los partidos del gobierno municipal, BComú, tiene reticencias a la hora de avalar el macroevento.
Lo detalló Crónica Global al revelar que la propia alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, estuvo a punto de descolgarse de la presentación en noviembre. La primera edil confirmó asistencia a las pocas horas de celebrarse y después de que supiera que sí iría el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni (PSC), y uno de sus rivales en las municipales de mayor de 2023. Sea como fuere, los comunes se han apeado del puente de mando de la organización.
En marcha
Cualesquiera que fueren los equilibrios políticos, la Copa América de 2024 ya se deja notar en la economía de la capital catalana. El CN Barcelona avanzó la pasada semana que Costa Este, de los hermanos Bordas, reformaría la instalación y convertiría en un macrobeach club con vistas a la regata. El operador de ocio nocturno quiere tenerlo listo para el trofeo.
Asimismo, ya han empezado las obras de derribo del antiguo Cinesa Maremágnum y también se reformará y reabrirá el Imax 3D. En paralelo, Klépierre, dueño del centro comercial Maremágnum, ha atado a un Time Out Market que debería estar listo también antes de que zarpen las primeras naves. Eso sí, el proyecto ya se había anunciado en el pasado y la pandemia lo frustró.