Terremoto en Moritz, la autodenominada cerveza de Barcelona. La conocida marca de la Ciudad Condal se ha encharcado en un presunto caso de tráfico de drogas que implica a la mujer de Jorge Roehrich, copropietario de la marca y uno de sus dos máximos accionistas junto a su hermano Daniel. La justicia acusa a su mujer y a su hijo de distribuir cocaína y plantar marihuana utilizando una empresa vinculada al grupo. Piden cinco años de prisión para ambos.
Han informado de ello fuentes judiciales, que detallan que Joaquina Laguna, esposa de Roerich, está investigada por el juzgado de Instrucción número 2 de Rubí (Barcelona) por presunto delito contra la salud pública --utilizando a su grupo de restauración, Aramersa-- y fraude del fluido eléctrico. En la misma causa está investigado el hijo de Roerich y Laguna y una tercera persona. La Fiscalía de Barcelona acusa a los tres de distribuir cocaína, hachís y marihuana por correo y, también, de plantar cannabis en un cultivo de interior pinchando la red eléctrica.
Moritz: "La empresa es solo un cliente"
Preguntado por la cuestión, un portavoz de Moritz ha argumentado que la marca "no tiene nada que ver con el procedimiento" que se sigue por tráfico de drogas. Sí ha admitido que Aramersa, la empresa de Laguna, es "un cliente" de la división de hostelería. La misma fuente corporativa ha admitido que "algunos miembros" de la familia Roerich "son accionistas de Grupo Agora", que es el propietario de "marcas como Moritz o La Zaragozana".
A su vez, Jorge Roerich ha contestado a una llamada de este medio para asegurar que pasaría el mensaje antes de colgar. No ha devuelto el mensaje. Otras fuentes del sector apuntan a una participación directa de Joaquina Laguna en Moritz. "Es esposa de Roerich, que es el copropietario y accionista mayoritario con su hermano Daniel, sí, pero también es propietaria de la planta embotelladora. Es un negocio que lleva con discreción porque no quiere inmiscuirse en las luchas empresariales de la cervecera", sostienen.
La 'empresa narco' y la cervecera, vinculadas
Sea como fuere, hay indicios de vínculos entre Aramersa y Moritz. Un ejemplo: Albert Bayo, el CEO de la firma de restauración, antes pasó por Moritz y La Zaragozana como project manager y director técnico. Y no es el único empleado que ha dado el salto entre las dos empresas que, según la cerveza de Barcelona, es solo un cliente más.
En otras fuentes públicas [como esta] se sostiene que la firma de Joaquina, la esposa de Jorge Roerich, investigada por presunta narco, es "la propietaria de la cerveza Moritz". En el Registro Mercantil se muestra que el propio copropietario de Moritz fue apoderado de la narcofirma hasta 2016 junto con su esposa. Sea como fuere, fuentes del sector hostelero precisan que Joaquina, la imputada "tiene un portafolio de intereses en varios sectores, incluyendo las bebidas alcohólicas, así como la restauración, farmacias u otras".
Vender coca y cultivar marihuana
¿De qué se la acusa? La juez del Juzgado número 2 de Rubí, Raquel Abarca, investiga si la empresaria, su hijo y una tercera persona vendieron cocaína, marihuana y hachís por correo mediante narcoenvíos entre 2018 y 2019, antes de la pandemia. Quien los detectó fue la Guardia Civil, que interceptó seis paquetes con 92 gramos de cannabis, 74 de la resina y tres de polvo blanco para distintos envíos. El instituto armado interceptó los envíos al ser alertado por la seguridad de la empresa de paquetería TNT-Fedex. De allí, trazaron los paquetes a los domicilios de los investigados.
Pero es que hay más, porque en el marco de la misma operación, la Benemérita se percató de que los supuestos narcos operaban un sótano de cultivo de marihuana junto a Barcelona. Los policías lo registraron en mayo de 2018, y afloraron cerca de 600 plantas de marihuana y una instalación de luz conectada ilegalmente a la red eléctrica, pinchada, amén de transformadores, un sistema de riego y otros enseres. Globalmente, los traficantes habían defraudado cerca de 12.000 euros en luz.
"Los hijos" y el célebre Ocaña
Este medio se ha puesto también en contacto con el negocio más conocido de Joaquina Laguna en Barcelona, sin recibir respuesta. Sí han dado explicaciones directivos de la restauración barcelonesa, que han subrayado "el carácter emprendedor y filantrópico" de la directiva, una apasionada de los comercios históricos de la Ciudad Condal. Estas voces han enfatizado que la acaudalada vecina "es un orgullo para la capital catalana y, a lo sumo, se habrá metido en un lío por culpa de alguno de los hijos, que vivían a todo tren por los exitosos negocios de su madre".
En puridad, Joaquina Laguna, además de vinculada a Moritz, opera negocios de relumbrón. Es la propietaria de Ocaña en la plaza Real, la meca del transformismo y las libertades sexuales en la urbe durante el régimen franquista. Además, suyo es La Principal de Sant Antoni y El Roure de Gracia, el más antiguo del distrito, abierto en 1889. Asimismo, dirige El Plata en Zaragoza, el cabaret con más solera de la capital aragonesa.
Moritz: del 'procés' independentista a Aragón
Y es que a Moritz, pese a que coqueteó con el procés independentista en Cataluña, hay que situarla en Aragón. La cerveza de Barcelona es parte de Grupo Agora, el propietario también de Ámbar, cerveza líder en el territorio. El conglomerado lo pilotan los hermanos Daniel y Jorge Roerich, con Mario Roerich en la dirección general. La espumosa se fabrica con agua importada desde Cataluña, se embotella en la ciudad del Ebro y regresa para comercializarse en Barcelona.
Como explicó este medio, la marca, que buscaba rivalizar con Damm reflotando un branding icónico, ganó cierta reputación --y detractores-- al asociarse a la causa soberanista. Lo hizo antes de la consulta del 9 de noviembre de 2014 en Cataluña y de la mano el directivo Albert Castellón, que fue CEO y después consejero estratégico. Hasta que los Roerich prescindieron de él en 2018, hartos de la influencia política en la empresa. Antes, Moritz había conseguido cierta raigambre en Barcelona, con la apertura de la Fábrica y Beer Lab en Sant Antoni y la Casa en el Eixample. También abrió el 300 en el Centro Cultural El Born coincidiendo con los fastos del Tricentenario de la guerra de sucesión, pero el espacio acabó cerrando. Lo heredó Singularis, el cátering de autor de Serunion.