El promotor del Tanatorio de Sants vende seguros. Alejandro Albiol, uno de los administradores de Funeraria San Ricardo, que impulsa la polémica sala de velas, es cargo en la aseguradora Ocaso, lo que contraviene la ordenanza de servicios funerarios de Barcelona.
Lo ha denunciado la Plataforma Stop Tanatori, alertando de que "los buitres del tramatorio quiebran la normativa funeraria y el distrito de Sants-Montjuïc del Ayuntamiento de Barcelona lo tolera sin problema. Vergüenza". Asimismo, los contrarios han etiquetado a Marc Serra, edil de la zona por Barcelona en Comú, partido de la alcaldesa Ada Colau.
Incumple la ordenanza funeraria
La actividad en el sector asegurador de Albiol tiene enjundia porque la ordenanza de servicios funerarios de Barcelona [consultar aquí] prohíbe que "las entidades aseguradoras y sus agentes no podrán ejercer la actividad de prestación de los servicios funerarios", según el artículo 9,3 de la normativa local.
De hecho, el menoscabo a la ley es directo porque el directivo es administrador de San Ricardo y, también, adjunto a la dirección de una oficina de Ocaso: la sita en la calle Pau Claris de la Ciudad Condal.
El primer impulsor, también
En cualquier caso, no es la única colisión de intereses en Sants. Como explicó este medio, el primer impulsor, Enrique Albiol, padre del primero, también participa en el sector asegurador.
Tiene intereses en Ocaso y en Eterna. María Eulàlia Almirall Bellido, coadministradora de San Ricardo, figura a su vez como responsable de Gesconta, otra intermediaria.
Pacto con Áltima
Esa participación en el sector asegurador es clave porque ha permitido a la polémica funeraria llegar a un pacto con Áltima en Barcelona para dividirse las zonas de influencia, explicó Crónica Global. Funeraria San Ricardo abrirá su cartera de seguros a la empresa de la familia Ventura que, a su vez, no entrará en Sants.
Sea como fuere, el nuevo operador funerario ha tratado de penetrar en otras zonas de Barcelona como Horta o Poble-Sec. En este último caso, fue el Ayuntamiento de Barcelona quien le frenó, pues el barrio es un caladero de votos de los comunes.