Misterio resuelto: Meliá impuso el destierro del nombre Juan Carlos I como condición para reabrir uno de los hoteles más conocidos de Barcelona. Fue la cadena balear la que decidió unilateralmente quitar el naming del Rey emérito antes de asumir la gestión del establecimiento de lujo, cerrado desde hace dos años y en concurso de acreedores. Ahora, en la nueva etapa, reabrirá como Miranda de Pedralbes, ya sin la denominación del ex jefe de Estado.
Lo han explicado fuentes del sector hotelero, que han subrayado que fue el grupo hotelero de Gabriel Escarrer el que decidió prescindir del nombre Juan Carlos I "pese a que llevaba 30 años llamándose así, es como lo conoce toda la ciudad, y pese a que todos los operadores que ha habido hasta ahora lo habían mantenido. Incluida la cadena canadiense Fairmont". Meliá no lo quiso así, e impuso al propietario del hotel, Tyrus Capital, cambiar el nombre del resort urbano antes de quedárselo y prepararlo para la reapertura.
El nacionalismo lo celebra
El destierro del nombre del emérito ha provocado debate en la Ciudad Condal, sobre todo en el campo independentista, donde algunos medios han destacado que el rebranding es la segunda expulsión monárquica de la alta hotelería de Barcelona tras el cambio de nombre del Hotel Reina Sofía al de Sofía por parte de Selenta Group, como explicó este medio. En 2017, cuando reabrió el rascacielos junto al Camp Nou, la cadena defendió que por Sofía entendían "todas las Sofías", sin dar más detalles. El presidente de Selenta era Jordi Mestre, constructor y ex miembro de la junta del FC Barcelona.
Ahora, en 2023, parte del secesionismo ha recibido como una victoria que desaparezca el nombre de otra figura de la Casa Real de la red turística barcelonesa. De hecho, aún ayer, algunos medios del nacionalismo recababan impresiones en el entorno del hotel para azuzar el debate.
Meliá prioriza el Palacio de Congresos
Mientras ello ocurría fuera del Juan Carlos I, dentro se daba cuenta a la plantilla del acuerdo entre Tyrus Capital y Meliá para reactivar el establecimiento. La cadena balear impuso el cambio de nombre, pero también otros extremos. La cotizada está interesada en reactivar el Palacio de Congresos de Cataluña, que espera reabrir en "primavera", indica un empleado, sin dar más datos. A su vez, consultores hoteleros conocedores de la operación subrayan que la firma de Escarrer "ya tiene siete hoteles en Barcelona, por lo que no tiene prisa para abrir el Juan Carlos".
En efecto, el nuevo operador "priorizará volver a facturar con el Palacio porque quiere tener sinergias con los otros activos que ya tiene en la capital catalana". El hotel, pendiente de una reforma, esperará a julio o a septiembre. Antes, Meliá habilitará el rooftop con un restaurante de nivel y recuperará los jardines como cóctel bar. También se prevé una remodelación, pero no tan ambiciosa como la que ejecutó Fairmont cuando llegó al hotel en 2014. Costó 60 millones y sirvió para engrosar una deuda que aún pesa.
Fairmont se queda sin hoteles en España
Sea como fuere, el cambio de operador al frente del azaroso Hotel Juan Carlos I tiene una derivada: Fairmont, el explotador hasta ahora, se ha quedado sin hoteles en España. La cadena canadiense aterrizó en la segunda mayor ciudad española hace nueve años y en aquel momento describió el destino como "la puerta de entrada a Europa".
Casi una década después, se marcha --aunque el negocio sigue en la web, pendiente de actualizar-- sin haber conseguido remontar el hotel y habiendo encajado unos años duros para el turismo catalán: el procés independentista en 2017, las protestas post-sentencia de 2019, los disturbios por el encarcelamiento del rapero Pablo Hásel en 2021 y la fase más dura de la pandemia del coronavirus. De hecho, la crisis sanitaria provocó el cierre del hotel y su posterior entrada a concurso, atolladero del que aún no ha salido.
Presentación del convenio
No obstante, se espera que el propietario, Tyrus Capital, encarrile pronto la insolvencia. Las fuentes consultadas indican que los actuales conductores de la empresa, el abogado Pablo Usandizaga y el bufete de abogados Cuatrecasas, ya han presentado el convenio que debería zanjar la tutela judicial. Los acreedores tienen ahora un periodo de tiempo para entrar sus escritos. Tras ello, el juez aprobará el pacto con los tenedores de deuda, si procede.
De lo contrario, el negocio irá a la liquidación. Si ello ocurre, Barcelona habrá perdido uno de los hoteles más singulares tras tres décadas de gestión controvertida. Cabe recordar que el Juan Carlos I fue gestionado por Husa Hoteles en dos fases, así como Gestión de Activos Turísticos (GAT) y, hasta ahora, por Fairmont.
La familia saudí no lo quiere
Durante décadas, el resort urbano fue propiedad del exministro saudí Turki bin Nassir, miembro de la Casa de Saúd, parte de la Familia Real del país arábigo. La muerte del jeque en enero de 2021 abrió la liza para colocar el activo. Apollo Global Management se acercó al mismo, pero finalmente la operación cayó. Tras ello, Tyrus Capital, por medio de su fondo Tyndaris, se hizo con la mayoría de deuda y se quedó con las acciones del alojamiento. Se abrió otro proceso de venta, pero la firma de Tony Chedraoui se enrocó y la frustró, explicó este medio.
Después, las acciones pasaron nominalmente al abogado chatarrero Pablo Usandizaga, que pilota la transición apoyado por Cuatrecasas. Es en este contexto que ha llegado Meliá para, en primer lugar, cambiar el nombre del hotel.