Banco Sabadell ha logrado cerrar uno de los episodios más negativos de su historia reciente después de que su filial británica, TSB, haya acordado con el regulador local una multa de 48,65 millones de libras esterlinas (unos 55 millones de euros al cambio actual) por los múltiples incidentes que se dieron en 2018 como consecuencia de la migración de su plataforma tecnológica.
La sanción ha sido pactada tras conocerse las conclusiones de la investigación que se abrió en su día para esclarecer los hechos, que derivaron en múltiples perjuicios para los clientes de la entidad, lo que generó un sinfín de reclamaciones en su día.
Compensación
La entidad española estima que la cuantía de la multa supondrá un consumo de capital adicional de seis puntos básicos. En una comunicación de información privilegiada remitida a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Banco Sabadell señala que TSB contabilizará esta sanción en los resultados del cuarto trimestre.
No obstante, el banco que preside Josep Oliu matiza que las pólizas de seguro contratadas tanto por la entidad británica como por la propia matiz permitirán compensar esta contingencia, de modo que su efecto final en las cuentas sea prácticamente neutro.
Fin de la pesadilla
El banco pone así punto final a una crisis que ha supuesto uno de los mayores quebraderos de cabeza de los últimos años, según han confesando públicamente sus principales responsables. La crisis informática de TSB se tradujo en un elevado coste reputacional para la entidad y también para el Sabadell, que incluso se planteó en el pasado deshacerse de ella.
Sin embargo, TSB acumula casi dos años consecutivos con aportaciones positivas a las cuentas de Banco Sabadell gracias al éxito de la ejecución de un programa de eficiencia de costes que se implementó en 2019, que se tradujo en una reducción del número de sucursales y el correspondiente ajuste de la plantilla.
Oferta rechazada
Después de que hace algo más de dos años se frustrara el intento de fusión con BBVA, el Sabadell decidió extender un mandato al consejo de administración, renovado con la llegada de César González-Bueno al cargo de consejero delegado para tomar el relevo de Jaume Guardiola, para desarrollar una estrategia sin operaciones corporativas ni ventas de sus principales filiales.
De hecho, el Sabadell rechazó en su día una oferta de algo más de 1.200 millones por TSB que apenas consideró dado que la operación no estaba en línea con su estrategia.