El cierre del emblemático centro comercial de Cornellà, Llobregat Centre, ya es una realidad. El próximo 8 de enero, 28 negocios bajarán su persiana de forma definitiva por la gran deuda generada por la sociedad inmobiliaria Comercial Inversora Cornellá Sur, SL, propietaria del 50,05% del centro y tras la cual se encuentra Ignacio Blanco Urizar, abogado, economista y presidente de Vox en Asturias. El resto del parque comercial pertenece a otras dos sociedades que suman un 40% y un 9,95%, al resto de propietarios.
Desde hace días, el rumor sobre la desaparición de este edificio comercial histórico, inaugurado en 1994, está en redes sociales y medios de comunicación. Tanto es así, que el propio consistorio manifestó el pasado viernes su "preocupación" ante el cierre del que un día se bautizó como Eroski, y por la pérdida de puestos de trabajo que supondrá la clausura de todos los comercios que lo componen, y que en su día decidieron invertir en el que llegó a ser un referente comercial en el Baix Llobregat, con más de 35.000 metros cuadrados y un aparcamiento con 1.600 plazas.
Motivo del cierre
El centro comercial hace años que viene funcionando "a medio gas", y con la mitad de establecimientos cerrados. Sin embargo, el motivo de su desaparición no es otro que una "asfixia económica provocada por el propietario mayoritario de la comunidad", la sociedad antes mencionada, que en marzo de 2022 dejó de pagar las cuotas mensuales.
Según los documentos de la última junta celebrada el pasado 30 de octubre, a los que este medio ha tenido acceso, Comercial Inversora Cornellá Sur, SL debía 1.075.000 euros, una cantidad que se ha incrementado hasta la fecha hasta 1,3 millones, en concepto de "gastos de comunidad", en los que se incluyen servicios como la limpieza, seguridad, etcétera.
"Opacidad, desconcierto y falta de empatía"
Los comerciantes del centro han explicado a Crónica Global que se sienten "indignados y abandonados". Éstos denuncian la "opacidad" y la "falta de sensibilidad y empatía con la que se ha llevado a cabo todo este proceso", que supone la desaparición de negocios a los que, en muchos casos, han dedicado toda una vida y patrimonio. "Nadie ha mostrado un interés real por lo que nos está pasando", lamentan.
"Esto es como una comunidad de vecinos, y uno de ellos, el que tiene la mayor parte, deja de pagar, así que tenemos que cerrar obligados porque no podemos asumir su deuda", explica A.P, propietario de dos locales del centro. "Cuando esta sociedad llegó, ya nos advirtieron de que venía de cerrar algunos centros comerciales en Asturias y se vanagloriaba de su misión liquidadora", asegura uno de los empresarios entrevistados por Crónica Global.
Una compra que no se entiende
Comercial Inversora Cornellá Sur, SL perteneció hasta marzo de 2022 a un fondo con sede en Luxemburgo, que siempre había atendido a sus cuotas de comunidad. Sin embargo, ese mes se produjo un cambio de propietario. Ahora, tras la sociedad inmobiliaria se encuentra Ignacio Blanco Urizar, quien actúa en nombre de otra entidad, llamada Legend Legendary, con sede en Gijón, de la que es administrador único y que, según datos públicos, tiene un abultado patrimonio negativo de más de 70 millones de euros.
La duda que han planteado a este medio algunas de las personas consultadas es: ¿por qué se produjo esa compraventa, si Comercial Inversora Cornellá Sur, SL ya venía con pérdidas? De hecho, el mismo mes del cambio, el nuevo dueño dejó de pagar a la comunidad y "puso el párking de pago", lo que le genera unos ingresos, mientras que al resto de propietarios les supone un gasto, ya que deben pagar un porcentaje por cada vehículo que entra. Así, en busca de explicaciones, Crónica Global ha intentado hablar tanto con Blanco Uríbar como con el gabinete de prensa de Vox España. Ambos han sido intentos fallidos, ya que Blanco se ha negado a responder a los mensajes y a las llamadas efectuadas a su despacho, y el departamento de comunicación del partido ha declinado hacer declaraciones por no tratarse "de un tema político".
La gerencia en el punto de mira
Otra cuestión que ponen sobre la mesa los propietarios es la falta de confianza que tienen en la gerencia del centro, a cargo de Gentalia, desde 2020. "Para que te hagas una idea, son como nuestros administradores de fincas, nosotros les pagamos, y han llegado a mandar a empleados de la comunidad a trabajar al párking, que es del que no paga", insiste uno de los comerciantes, quien afirma que "la gerencia vio desde un principio que venían a cerrar". Entonces, se pregunta A.P, "no sabemos por qué, no han actuado en consecuencia".
Estas declaraciones son totalmente desmentidas por la persona designada como portavoz de gerencia a Crónica Global, que asegura que se ha hecho "todo lo posible" por solucionar la situación. Sin embargo, "ante la imposibilidad, se votó un cierre ordenado". La única explicación que se da, por esta parte, es que el deudor, al cual no han querido identificar, "no está de acuerdo con el coeficiente que se le aplica y dejó de pagar en marzo". Por tanto, "hemos reclamado lo que teníamos que reclamar judicialmente, la deuda, tras acordarlo en la junta de gobierno", insisten.
Se estudia una demanda millonaria
Los comerciantes han advertido de que lo que está actualmente en los tribunales es una demanda por el importe adeudado. Sin embargo, no es la única acción judicial que se prevé, ya que "se está estudiando reclamar esta cantidad, más los daños y perjuicios por el cierre".
De momento, lo que está claro es que el Llobregat Centre cerrará sus puertas después de Navidad y que cientos de trabajadores se irán al paro porque, pese a los rumores de recolocación que corren por algunos canales, será un pequeño porcentaje de empleados, sobre todo de Carrefour, quienes consigan conservar su puesto en otro establecimiento comercial. Eso sí, "nosotros tendremos que seguir haciendo frente a gastos mensuales porque mientras el edificio siga en pie, somos propietarios".