El director general de Merlin Properties, Ismael Clemente, ha estallado contra el proceso de reindustrialización de la Nissan en Barcelona. El consejero delegado ha tildado de "esperpéntico" el concurso del Consorcio de la Zona Franca (CZFB) para hallar un nuevo inquilino en las instalaciones del grupo de automoción, que cesó sus operaciones el pasado 31 de diciembre.
"Es todo un poco esperpéntico, pero parece evidente que se ha querido que fuese así", se ha despachado Clemente en una entrevista en El Confidencial. Las declaraciones del directivo llegan después de que el CZFB anunciase que tan solo contaba con una propuesta empresarial en firme, la del consorcio entre QEV Technologies y Goodman, para hacerse con los 500.000 metros cuadrados de la antigua fábrica de automoción.
"No éramos bienvenidos"
"El proceso parecía concebido para un solo oferente, y los plazos se han ido extendiendo casi a voluntad. Lo que está claro es que nosotros no éramos bienvenidos", ha añadido el ejecutivo. De hecho, Mecalux y Merlin finalmente no presentaron su propia apuesta por los terrenos, aunque sí formularon una oferta no vinculante al margen de la mesa de contratación.
"Parece que hubiese algún prejuicio con la actividad logística como menos noble que una simple planta de ensamblaje de automoción, cuando el puerto de Barcelona supone una parte importantísima del PIB catalán. Muchas ciudades querrían tener una fuente de comercio y riqueza como esa".
Propuesta "realista"
"Si de verdad a alguien le importasen los trabajadores de Nissan, nuestra opción de recualificación profesional y reempleo era la más realista", ha remachado el primer ejecutivo de la socimi.
También ha dejado caer que su plan no requería "PERTE, ni gastar dinero público", ni tampoco "ayuda del consorcio con los cánones".
Hacia la electromovilidad
El tortuoso proceso para adjudicar la inmensa parcela de la Zona Franca culminó el pasado 31 de octubre con la decisión de adjudicar la pastilla industrial al tándem QEV-Goodman. Ambas compañías, con el apoyo de BTECH, pretenden instalar un hub de descarbonización entorno a las nuevas formas de movilidad eléctrica.
Tras 42 años de actividad, Nissan concluyó la producción de coches a finales del año pasado dejando en el aire el futuro de 1.400 empleados --antes cerca de mil trabajadores ya se habían acogido a salidas voluntarias y prejubilaciones--. Ahora el concurso prevé una explotación de los terrenos para los nuevos propietarios por un periodo de 50 años ampliable a otros 20.