Bodegas Muga consolida los 27 millones de facturación

Los cálculos internos apuntan a que los números de 2022 serán iguales o incluso algo superiores. La mayor facturación no impedirá una merma en los beneficios, que se reducirán por la inflación; en particular, el incremento de costes del vidrio o el cartón, que se repercutirán en parte al consumidor, pero también desgastarán los márgenes del negocio.

La familia Muga en Barcelona / BODEGAS MUGA

Expansión en Asia

La empresa familiar produce aproximadamente 1,5 millones de botellas de tinto al año, además de unas 400.000 de blanco y rosado. Algo más de la mitad se exportan al extranjero y el resto se consumen en el mercado nacional (en Cataluña, el 10%, porcentaje que se eleva al 16% en los productos de más alta gama).

Los mercados exteriores en los que más triunfa la oferta de Muga son Estados Unidos, Alemania, Canadá y México, con un creciente protagonismo de Asia y, en particular, China, Taiwán, Vietnam, Tailandia y Singapur, que se ha convertido en un paraíso de los negocios que acoge a los empresarios exiliados por la intransigencia sanitaria de Pekín en cuanto al coronavirus.

Manuel Muga / BODEGASMUGA

Inversiones

En el capítulo de inversiones, la bodega ha adquirido unas 200 hectáreas --ya controla cerca de 25.000 metros cuadrados en el histórico barrio de La Estación de Haro en La Rioja--. Además, ha ampliado su instalación fotovoltaica, utiliza la moderna técnica de la poda de respeto, el control biológico de plagas, abonos orgánicos en los viñedos, ha implantado hoteles de insectos y cajas nido y usa biomasa para la calefacción.

La firma también ha realizado "una inversión relevante" en la mejora de la selección de la uva. Y continúa priorizando el enoturismo como herramienta para dar a conocer sus vinos y que además "funciona muy bien" como unidad de negocio destinada a visitantes nacionales e internacionales. El retorno del turista asiático ha contribuido a revitalizar este tipo de actividades, que en las Bodegas Muga incluyen un viaje a bordo de un globo aerostático.

Eduardo, Ana, Manu y Juan Muga durante el aniversario de Torre Muga en Barcelona

Lanzamiento

Bodegas Muga ha vuelto a lanzar al mercado su vino más selecto, el Aro. Este Rioja, cuya añada de 2015 fue elegida como la mejor de España por el crítico estadounidense James Suckling, vuelve con fuerza tras un parón de dos años.

Es precisamente la alta exigencia de la compañía con este caldo lo que llevó a descartar las cosechas de 2017 y 2018. Ahora, Aro 2019, una combinación de tempranillo y graciano, vuelve a comercializarse con precios de más de 200 euros la botella.

Botellas de Torre Muga y Aro / BODEGAS MUGA

Un vino rebelde

Aro se fermenta de forma "natural y espontánea" en pequeños depósitos de madera. La crianza, en barricas nuevas de roble francés, dura 18 meses y da paso a una clarificación con clara de huevo de la que resulta un vino rojizo con tonos violetas, con fuerza, intensidad y notas de de canela y pimienta negra.

La bodega familiar ha presentado en Barcelona este caldo, junto al Torre Muga 2019, considerado menos rebelde y más tradicional que su aclamado hermano menor. El proceso de elaboración es parecido, pero el resultado es un producto más equilibrado y discreto cuyo precio se reduce a los 75 euros.

Una botella de grandes dimensiones (tres litros) del rosado Flor de Muga / VR - CG

Larga y calurosa cosecha

En la presentación de estos dos vinos, Eduardo Muga, director financiero de la bodega, ha hablado de las complejas cosechas de los últimos años. Este verano, la vendimia ha sido más "larga" --empezó el 18 de agosto y se alargó algo más de dos meses-- y "heterogénea", ya que "algunas variedades de uva han resistido mejor que otras el calor".

Por su parte, Manuel Muga ha hablado de la historia de la bodega familiar fundada en 1932 en La Rioja y que actualmente ya exporta algo más del 50% de su producto. Los vinos Muga ya llegan a más de 80 mercados, con un creciente protagonismo de América, Oriente Medio y Asia.