La polémica en torno a la pobre ejecución presupuestaria del Estado en Cataluña durante 2021, especialmente en materia de infraestructuras, aún colea en el debate político que, sin embargo, ha pasado de puntillas por las verdaderas causas de una cifras realmente anómalas. Una de las claves está en el Plan de Rodalies y, más concretamente, en el contrato-programa que tutela la llegada de los nuevos trenes encargados por Renfe para la red de Cercanías. Un contrato al que le falta un detalle nada menor: la firma. Un trámite pendiente de la recurrente y eterna reivindicación por parte del Gobierno catalán del traspaso de Rodalies.
“O son unos inútiles o son unos mentirosos”, espetó al Gobierno Jordi Puigneró, vicepresidente de la Generalitat y conseller de Políticas Digitales y Territorio, nada más publicarse las cifras de ejecución presupuestaria en 2021 facilitadas por la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), que reflejaban un porcentaje del 36% en el caso de Cataluña que, incluso, se reducía a poco más del 27% en el ámbito de infraestructuras.
El contraste con Madrid
Uno de los aspectos más llamativos, y así lo constató la propia Cámara de Comercio de Barcelona en la nota que emitió con motivo de la publicación de estos datos, fue la notable infraejecución por parte de empresas públicas como Adif y Renfe, en comparación con lo que sucedía en el caso de la Comunidad de Madrid.
Sin ir más lejos, el informe de la IGAE constata que en 2021 tan sólo se ejecutó en Cataluña un 34,6% de la inversión prevista por Renfe Operadora (algo más de 90 millones de euros frente a los más de 262 millones presupuestados). Por el contrario, en el caso de la Comunidad de Madrid se registró una sobre ejecución del 229%, de modo que los 153,7 millones de euros programados terminaron por convertirse en algo más de 352 millones ejecutados.
Sin firma
Es decir, una diferencia neta de más de 350 millones entre lo que dejó de ejecutarse en Cataluña y lo que se hizo de más en la región que alberga la capital de España, en la que la ejecución presupuestaria en infraestructuras superó el 112%. La cifra se vería reducida al 86% si la ejecución de la partida de Renfe se hubiera producido en los términos previstos.
Esta anomalía encuentra su razón de ser, principalmente, en el mencionado contrato-programa entre la Generalitat y Renfe que, por ahora, duerme el sueño de los justos y que impide que uno solo del centenar de nuevos trenes destinados a Rodalies haya llegado a las vías catalanas.
Y, al menos en este caso, no se trata de una cuestión de ineficiencia ni incumplimiento por parte del Gobierno central. En un reciente desayuno informativo organizado por Executive Fórum, el presidente de Renfe, Isaías Taboas, recordó que algo más de la mitad de la primera fase del Plan de Rodalies (2020-2025) está ya adjudicado.
Un dato corroborado por el coordinador de dicho Plan, Pere Macias, en un artículo publicado en la revista del Colegio de Ingenieros Industriales de Cataluña, en el que sitúa en 1.958 millones de euros el volumen de adjudicaciones realizadas hasta la fecha (de los más de 3.800 millones de que consta esta fase del Plan). En este escrito, Macias también hace mención a los 1.170 millones destinados a la compra de nuevos trenes (que califica de “histórica"), aunque recuerda que su ejecución está pendiente de la firma del contrato-programa.
Negociación política
Detrás de esta situación está la recurrente reivindicación por parte del Govern del trasvase de las competencias de Rodalies. Fuentes conocedoras de la situación señalan que la compañía pública es reacia a dar el paso ante la posibilidad de que el escenario cambie de tal forma que, al final, la red que está previsto que modernice tras un esfuerzo inversor sin precedentes termine por ser operada por un tercero.
“Renfe no está dispuesta a costear el mayor pedido de material rodante de su historia para que después sea Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC), por ejemplo, el que opere la red”, apuntan fuentes de la compañía, que recuerdan que “igual que sucede con los aeropuertos, Rodalies siempre está sobre la mesa cuando la Generalitat plantea algún traspaso de competencias a Moncloa”.
Trenes a Madrid
De forma oficial, desde la compañía pública se traslada a Crónica Global que Renfe debe limitarse a cumplir su papel de operador, al margen de las negociaciones que se puedan llevar a cabo en el ámbito político.
Eso sí, Renfe confirma que mientras el contrato programa no sea una realidad, los trenes que fabrican Alstom (en la planta de Santa Perpètua de Mogoda) y Stadler van a parar al resto de la red de Cercanías, fundamentalmente a la Comunidad de Madrid.
Más de 100 unidades
Aproximadamente el 50% de la red opera en Madrid mientras que el 30% corresponde a Cataluña.
El Plan de Rodalies contempla que 101 nuevos trenes lleguen a Barcelona; de ellos, 54 están destinados a reforzar y ampliar la flota mientras que el resto sustituirán a los que actualmente circulan por la red y que ya han llegado al final de su vida útil en la mayoría de los casos.
Visión a largo plazo
Como publicó recientemente este medio, la ejecución presupuestaria del Estado en Cataluña durante 2021 ha contado con elementos anómalos, que no se compadecen con la tendencia de los últimos años. Concretamente, en los últimos siete ejercicios, desde que la IGAE facilita los datos desglosados por comunidades autónomas, la ejecución media en Cataluña ha sido prácticamente idéntica a la del conjunto del Estado.
A raíz de la citada polémica, Foment del Treball ha propuesto la creación de una agencia independiente que vele por la correcta y adecuada ejecución presupuestaria en el territorio.