La ex jefa de gabinete del polémico exconseller de Salud de CiU, Boi Ruiz, vendió material sanitario por ocho veces el precio de mercado que tiene actualmente. Mireia Alabart pasó de la Generalitat de Cataluña a comercial de fungibles en los meses más mortales del virus en 2020: abril y mayo. Desde el sector de la distribución médica se afea que surgieran los "oportunistas" frente a las empresas establecidas, regladas y con experiencia en Cataluña, y ponen a la ejecutiva en este grupo.
La página web de la patronal sanitaria Associació Catalana d'Entitats de Salud (ACES) revela que Alabart pasó del sector público (2013-2016) al concertado, que recibe dinero de la Consejería de Salud, como proveedora de mascarillas, batas médicas, kits de muestra y gafas protectoras. Algunos de estos productos, como los trajes de papel desechables CE EN 14126, los vendía la empresaria ocho veces por encima de su precio actual, como recuerdan desde el sector aportando enlaces de compra como este o este.
ACES: "Se ofreció y aceptamos"
Preguntada por la cuestión, una portavoz de ACES ha confirmado la veracidad del documento en su portal oficial. Según la representante, la patronal sanitaria --una de las dos mayoritarias junto con la Unió Catalana d'Hospitals (UCH)-- "se limitó a poner en contacto" a empresas que ofrecían material antipandémico con sus asociados en un momento de gran escasez: en marzo y abril de 2020, cuando el mercado estaba estrangulado por la colosal demanda y los precios habían repuntado.
ACES subraya que en ningún caso hubo transacciones económicas vinculadas a la patronal sanitaria, sino un mero servicio en un momento de necesidad. Se desconoce cuánto material colocó Alabart a la sanidad concertada.
Sector: "Había otras empresas solventes"
Más críticos, desde el sector de la distribución sanitaria lamentan que una organización empresarial representativa aceptara a una intermediaria que "no tenía tanta experiencia, solvencia y acreditación como otros operadores que acuden a concursos públicos de forma regular". De hecho, recuerdan que las Administraciones públicas "suelen excluir a algunas empresas por falta de garantías, pero en la fase dura del virus todo valió".
Un directivo de la industria lamenta que los players habituales "tengan que pasar análisis de solvencia, certificados ISO y demás cuando en plena pandemia en marzo de 2020 llegaron oportunistas que no tenían nada de esto". La misma fuente agrega que "es como si desde la distribución sanitaria se hubieran puesto a hacer transporte de pasajeros en pleno verano solo porque la demanda para volar supera la oferta".
Sin respuesta
Este medio ha llamado a Mireia Alabart para recabar su versión sobre la venta de material sanitario, aunque la empresaria no ha contestado ni a las llamadas ni a los mensajes de Whatsapp. Tampoco han respondido desde el Institut de Radiofarmacia Aplicada de Barcelona (Irab), empresa privada de la que la ex jefa de gabinete del exconseller Boi Ruiz fue directora y en el que compartió cargos mercantiles con Roger Parellada Ferré, según avanzó El Confidencial.
Esta relación es importante porque Parellada es uno de los ejecutivos de la desconocida empresa Basic Devices, que colocó 35 millones de euros en material sanitario al Govern en los meses más dramáticos de la crisis sanitaria. Los contratos los ha investigado y criticado la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC) en un procedimiento que aún continúa. De hecho, el ICS acaba de presentar alegaciones al duro informe de ese encargo, ha confirmado una portavoz de la OAC.
Criticada por venir de ACES
Cabe recordar que esta no es la primera controversia que salpica a Mireia Alabart. Cuando el exconseller la fichó para la estructura del Departamento de Salud en 2013, el sindicato Metges de Catalunya, mayoritario entre los facultativos, ya alertó de que Boi Ruiz estaba incorporando a una cargo de la patronal sanitaria privada. Una dinámica de la que él mismo participó, pues el conseller procedía también de la otra organización, la UCH.
Desde la parte social se afeó que el entonces llamado Govern de los mejores de Artur Mas optara por un perfil muy concreto en lugar de por procesos de selección abiertos y transparentes. En aquel momento, desde la consejería se defendió que la profesional gozaba de amplio "prestigio" para justificar su entrada en la estructura autonómica.