Las subvenciones del Gobierno a los carburantes no acaban de convencer a algunos camioneros. Un pequeño grupo de transportistas ha cortado la circulación de la Ronda Litoral de Barcelona, por tercer día consecutivo.
La jornada de protestas de este viernes, contra la subida del precio de los carburantes, llega a su día 12, a pesar del acuerdo alcanzado esta madrugada entre el Comité Nacional de Transporte por Carretera (CNTC) y el Ejecutivo. Esta ayuda, de 1.050 millones de euros, incluye una rebaja de 20 céntimos por litro en el combustible hasta el 30 de junio.
Marcha a pie
Los transportistas, muchos menos que los que llevan tres días interrumpiendo el tráfico en esta arteria de la capital catalana, se han desplazado a pie hasta la Ronda Litoral desde el punto de encuentro de la Zona Franca. No obstante, fuentes de la plataforma convocante de la protesta han apuntado que este viernes se da menos seguimiento porque parte de los profesionales del sector se ha ido a Madrid.
La Plataforma Nacional en Defensa del Sector del Transporte, convocante de la huelga y excluida de las negociaciones con el Ministerio de Transportes que lidera Raquel Sánchez, ha mantenido la manifestación junto a la sede gubernamental del sector en la capital española para este viernes. La organización ha tildado a la CNTC de "mafia opresora" y pide desemanterlarlos porque "nos ha manejado y oprimido desde su posición dominante, y nos tiene arruinados", han aseverado.
“Nos han ninguneado”
El portavoz de la Plataforma en Barcelona, Miguel Ángel Maqueda, ha asegurado que mantienen la protesta por considerar insuficientes los acuerdos alcanzados esta madrugada con las patronales del sector. El representante de la organización ha asegurado que “nos han ninguneado”, en referencia a las ayudas pactadas esta madrugada.
“No somos ni ultras ni delincuentes ni nada, y la ministra --en referencia a Raquel Sánchez-- y el señor Pedro Sánchez nos tienen que recibir. Hoy Madrid se va a enterar y va a ver la minoría que somos”, ha asegurado Masqueda. La huelga, que llega hoy a su jornada duodécima, tensiona las cadenas de suministro de muchas empresas, en especial las del sector de la alimentación, y ha llevado al Port de Barcelona al límite de su capacidad, con sus dos terminales de mercancías llenas de contenedores que no pueden salir.