¿Está uno de los yates de Vladímir Putin en Tarragona? Esta ciudad se ha colocado en la diana del sector náutico y, en menor medida, de las redes sociales por la presencia del imponente Crescent, un buque hermano de otro atribuido al presidente ruso, responsable de la invasión de Ucrania, y que ha encajado sanciones económicas por el conflicto.
Alertan del hecho fuentes de la industria. Recuerdan que el colosal barco de 135 metros de eslora y un valor de cerca de 546 millones de euros al tipo de cambio actual, se ha relacionado con las propiedades del jefe de Estado ruso. El nexo se encuentra en Italia, donde reposa el Scherezade, un buque hermano que las autoridades italianas escudriñan para hallar su nexo con Putin y, si procede, incautarlo.
Italia investiga
La nave italiana está atracada en Marina de Carrara, destino en el cual el The New York Times reveló que tiene lugar un examen para vincularlo al presidente ruso. Por su parte, el Crescent reposa en Tarragona, a donde llegó de Cagliari (Italia). Tanto la nave vinculada a Putin como su hermana atracada en España llevan bandera de las Islas Caimán. El primero lo entregó el taller alemán Lürssen en 2019, mientras que el segundo completó su viaje inaugural en 2020.
El Scherezade ha copado los titulares en Italia, aunque las autoridades aún investigan cuál es su propietario final, ya que al estar domiciliado en un paraíso fiscal es complejo hacer este tipo de comprobaciones por la multitud de sociedades pantalla interpuestas con las que se oculta el propietario real de este tipo de bienes. Algo parecido a lo que ocurre con el Crescent. Jamás se ha podido trazar a su dueño, lo que alimenta las conjeturas en el sector sobre su posible pertenencia al entorno del polémico mandatario ruso.
Marina: "No hay banderas rusas"
Preguntado por la cuestión, un portavoz de Port Tarraco ha subrayado a Crónica Global que "en cuanto a la nacionalidad de los barcos, en la actualidad no hay ninguno con bandera rusa en la marina". No obstante, la concesionaria ha prometido que seguirá "todas las indicaciones" de las autoridades.
Presentación del puerto de Tarragona / (YT)
Los argumentos de Port Tarraco, no obstante, son parciales. Ello es así porque, como recordó el presidente de la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB), Damià Calvet, hace unos días, "ningún barco de gran eslora lleva jamás bandera rusa". Están domiciliados en otras jurisdicciones, a menudo paraísos fiscales. De hecho, el primer buque aprehendido en España, el Valerie de Sergey Chemezov (Rostec), está domiciliado también en las Islas Caimán. Ello no ha impedido que el Gobierno lo decomise de forma cautelar.
Autoridad Portuaria: "Sin información"
Planteada la cuestión a la Autoridad Portuaria de Tarragona, una portavoz ha señalado que no hay información sobre la presencia de los clientes de los concesionarios. El ente de Puertos del Estado, ha agregado la misma voz, controla los tráficos de mercancías, pero no los de recreo. La posición de Tarragona es menos proactiva que la de Barcelona, pues en la Ciudad Condal el mismo Damià Calvet avanzó que su equipo estaba elaborando una auditoría para determinar si algún activo contravenía las sanciones impuestas tras la agresión a Ucrania.
El balance de las sanciones en la capital catalana es, por ahora, de un yate decomisado cautelarmente, el Valerie de Chemezov, y un atraque propuesto también para embargo: el del yate Dilbar, del magnate Alisher Usmánov, accionista de referencia de Metalloinvest. La nave se encuentra en Marina Barcelona 92, una instalación de mantenimiento y refit, mientras que el atraque está situado en Marina Port Vell.
Controversia
Pero las incautaciones serán más, según avanzó anteayer el presidente del Gobierno. El Ejecutivo trabaja para hacer cumplir las sanciones pues, tal y como recordó la Comisión Europea a este medio, son los Ejecutivos nacionales de los 27 los responsables de implementarlas. La tarea es harto compleja porque los técnicos tienen que sortear las sociedades pantalla y los testaferros interpuestos por los propietarios de los yates. El propio Calvet denominó a los dueños beneficiarios últimos hace unos días como respuesta a la añagaza mercantil.
Mientras el Ejecutivo piensa si se impone incautar algún buque más, arrecia la polémica sobre la potencia de la presencia de oligarcas rusos en la costa catalana. Usmánov, por ejemplo, llegó a vallar parte del paseo marítimo para gozar de más seguridad, o a fichar como chófer al hermano del gerente del Puerto de Barcelona. Otros grandes empresarios operaban un piso con acompañantes junto al muelle, lo que alimentó una suspicacia vecinal que se ha tornado debate social.