Frente unitario de las organizaciones empresariales catalanas contra la parálisis de renovables. Foment del Treball, Pimec y la Cámara de Comercio de Barcelona presentan este miércoles un manifiesto compartido para impulsar la transición energética en Cataluña un mes después de la nueva regulación sobre fuentes renovables que ha puesto en alerta al sector privado. Las tres organizaciones se alían por tercera vez en 2021 tras su posicionamiento conjunto contra la violencia callejera y en favor de la ampliación de la tercera pista del aeropuerto El Prat.
Esta vez, la Consejería de Acción Climática dirigida por la consejera Teresa Jordà centra los reproches del tejido empresarial. Todas las fuentes consultadas critican la aprobación de una reforma legislativa instigada por la republicana que privilegia las instalaciones más pequeñas, inferiores a cinco megavatios (MW), y complica la tramitación de los proyectos al ceder poder a los ayuntamientos y favorecer la dispersión de los parques. "Con este planteamiento de pequeñas comunidades energéticas distribuidas territorialmente no llegaremos ni al 30% de energías renovables en 2030", lamenta Salvador Sedó, responsable de desarrollo sostenible en Foment.
Una reforma "ideológica"
Al contenido del nuevo decreto se suma la denuncia por la ralentización administrativa. Las entidades achacan a este departamento el frenazo de la ponencia de renovables --órgano colegiado que da luz verde a los parques solares y eólicos-- desde el pasado marzo. "El problema está en la Consejería de Acción Climática, que pese a tener las competencias sobre gestión agrícola, energía y residuos en vez de agilizar los proyectos los está retrasando", señala el mismo portavoz de Foment del Treball. "La transición energética se está afrontando de forma ideológica en vez de técnica", resume.
"No queremos cambiar el modelo, pero sí queremos que se active la máquina", tercia Joan Vila, presidente de la comisión de energía de Pimec. Lo cierto es que a fecha de 31 de agosto, el Govern solo había avalado cuatro plantas fotovoltaicas y la ampliación de una quinta con una potencia conjunta de 32,6 MW. Las cifras ubican Cataluña en el furgón de cola de la energía limpia y, como publicó Crónica Global, Aragón ya triplica la generación de eólica y va camino de convertirse en una comunidad refugio de los promotores de renovables.
19.000 millones en riesgo
Ello pese a que, según se apunta desde Foment, la potencia total de todos los expedientes presentados ante la ponencia suma 10 gigavatios: "Se trata de toda la energía que necesita Cataluña para cumplir sus objetivos renovables". En la patronal de las pymes calculan que, si no se da cauce a este enorme potencial, la comunidad corre el riesgo de echar a perder 19.000 millones de euros en inversiones. Una enorme inversión que puede ayudar a equilibrar la economía autonómica en pleno trance de desindustrialización y necesidad de creación de nuevos focos de actividad.
De hecho, Foment, que ya sentó su posición conjunta con Pimec en un reciente acto en el Colegio de Ingenieros Industriales, precisa que quiere ir más allá con este manifiesto al proponer "políticas transversales" que afronten cuestiones como la movilidad sostenible y la rehabilitación urbana. Estos temas están estrechamente vinculados con las fuentes alternativas de energía, pero se insertan en un esquema más general sobre la transformación del modulo producto y de consumo que sume más complicidades en la sociedad.
No ceder al SPAN
Pero para ello, no se puede ceder al movimiento SPAN. Así se conoce a los críticos con la instalación de equipamientos gravosos como los aerogeneradores y las plantas fotovoltaicas, pese a que estos activos también incentivan el empleo y generan ingresos a través de impuestos o cánones de actividad. En Cataluña, distintos grupos han logrado paralizar o retrasar la puesta en marcha de proyectos renovables frente a la actitud equívoca del Govern.
Vila achaca esta seria de protestas a la influencia de la CUP y llama a centrar los esfuerzos en la transición energética para no perder la carrera por las renovables. En 2030, la Generalitat prevé haber reducido un 50% las emisiones de efecto invernadero. Para 2050, la descarbonización debe ser total. Para consumar estos hitos, Mònica Roca (Cambra), Antoni Cañete (Pimec) y Josep Sánchez-Llibre (Foment) volverán a unir fuerzas.