La educación es una de las principales claves a la hora de impulsar la igualdad de género en el mundo corporativo, según ha puesto de manifiesto la mesa redonda El valor de la experiencia: de la educación a la empresa, en la que han participado seis ejecutivas como parte del Forbes Power Summit Women que se celebra hoy en Barcelona.
Aída García, directora general de Cambridge University Press Iberia, ha asegurado que “España ha hecho un cambio extraordinario” y que “la educación tiene un aspecto nuclear en ese cambio”. Para continuar con esta transformación, cree que la sociedad española debería aprender de la británica, ya que “la conciliación forma parte de la cultura de la compañía, no depende de un jefe o un departamento”.
La educación como palanca de cambio
Sandra Velasco, directora de Inmunología de Novartis, ha querido “agradecer a las generaciones anteriores todo el trabajo que han hecho”, igual que Idoia Sota, subdirectora de Forbes España, que ha recordado que “algunas mujeres pudieron ir a la universidad, pero muchas fueron autodidactas”. Y ha coincidido en destacar “el papel de la educación en ese cambio de la cultura española” y de mentalidad.
“En mi caso no he tenido que romper techos cristal, en la educación que he tenido desde pequeña no he vivido esos prejuicios”, ha afirmado Velasco. “A veces las limitaciones nos las ponemos nosotras y tenemos que quitárnoslas”, ha advertido.
Cambiar “desde arriba”
En la misma dirección ha apuntado Rosa Esteva, fundadora del Grupo Tragaluz, que ha criticado la “obsesión con separar” entre géneros que se da actualmente. “Estamos mucho peor ahora que en mi época”, ha lamentado la empresaria de la restauración, que ha animado a las mujeres a no dejarse mantener y a “hacer las cosas con ilusión”.
“Las mujeres están entrando en los consejos, pero siempre con un cierto grado de amistad”, ha alertado Roser Tiana, presidenta de Interprofit, que ha criticado los “rasgos machistas” que todavía se dan en las compañías, como “la explotación de su propio físico en Instagram con ejecutivas que no deberían hacerlo, porque su gestión es buenísima”. “Esto está pasando todavía, el mundo empresarial tiene que cambiar desde arriba”, ha zanjado.