La multinacional de ingeniería ABB ha puesto el foco sobre sus soluciones de eficiencia energética para optimizar el consumo de los motores eléctricos. La compañía suiza especializada en aplicaciones de automatización y robótica ha presentado este viernes los principales casos de uso de esta tecnología en cinco países del arco mediterráneo, incluida España.
En el transcurso de una mesa redonda celebrada en el centro de servicios avanzados de ABB en Madrid, el grupo ha detallado el ahorro que las grandes corporaciones pueden obtener mediante la instalación de convertidores en sus motores. Estos aparatos regulan la energía empleada para llevar a cabo todo tipo de procesos regulando la cantidad de energía imprescindible para aumentar la productividad a la vez que se reducen los costes y se alarga la vida útil de los equipos.
Alianza con Ikea en España
En España, Ikea ha puesto en práctica este enfoque mediante la incorporación de variadores de frecuencia patentados por ABB en dos de sus complejos más grandes. En concreto, el gigante sueco ha adaptado los sistemas de climatización de las tiendas de San Sebastián de los Reyes y de Alcorcón, ambas en la comunidad madrileña, para recortar sus emisiones de CO2.
La magnitud del ahorro no es baladí. Ikea dejará de emitir anualmente cerca de 425 toneladas de dióxido de carbono, o el equivalente a las emisiones anuales de 95 automóviles de combustión. Mediante el acoplamiento de los variadores de ABB a los sistemas de ambos establecimientos se ha incrementado la eficiencia energética en un 25%.
Hidroeléctricas y chocolateras
La cadena de distribución no es el único socio de la enseña en el sur de Europa. En cuatro de los 12 mercados de la región se han implementado estrategias de optimización innovadoras en empresas de sectores y tamaño distinto. De hecho, los directivos de ABB han subrayado que, pese a que los clientes más interesados en eficiencia energética son grandes corporaciones, la gama de soluciones del grupo se pueden adaptar igualmente a pequeñas empresas, así como a equipamientos gestionados por el sector público. Tampoco incide el tamaño de los motores ni el tipo de corriente con el que trabajen.
La única exigencia es la presencia de motores eléctricos. Estos ingenios a menudo pasan inadvertidos, pero consumen aproximadamente del 45% de la electricidad mundial al estar instalados en infinidad de uso industrial y doméstico. De ahí que la tecnológica haya implementado sus convertidores en los remolques turcos de Navtek Naval Technologies, en una central hidroeléctrica de bombeo ubicada en Serbia y en las caracolas --mecanismos industriales de rotación-- de una fábrica chocolatera italiana. Otros de los hitos ha sido la implantación de convertidores en 80 bombas para el tratamiento de agua de la francesa Peme Gourdin --en menos de dos años se acoplarán otras veinte--, así como la colaboración con Farina Presse para poner en funcionamiento la mayor prensa del mundo en Italia.
La eficiencia, "una obligación"
ABB pretende que el enfoque audaz de estas empresas permee el conjunto del tejido productivo. Tanto la explosión demográfica, como el futuro incremento del consumo eléctrico y los compromisos contra el cambio climático, llevan a la ingeniera a destacar la importancia de estas soluciones. Soluciones que se monitorizan al segundo desde el centro de servicios avanzados para predecir las situaciones que afrontarán los socios de ABB.
"La eficiencia energética es una obligación y así deberá ser en el futuro. Hay que ponerse en marcha este 2021", ha señalado Morten Wierod, presidente de la división de negocio Motion de ABB. Además, queda mucho terreno por recorrer. El directivo ha cifrado en cerca del 23% la cantidad de motores con conversores eléctricos, una cuota insuficiente para reorientar la gran industria y el resto de sectores empresariales a las nuevas necesidades ambientales.