Trànsit ha anunciado la tercera modificación en un mes de las condiciones de la actividad logística los fines de semana en la autopista AP-7. El objetivo es el mismo que el anterior: impedir los atascos que colapsan la autopista cada fin de semana tras el fin de los peajes por el incremento de tráfico rodado. De nuevo, los perjudicados son los vehículos de mayor tonelaje, cuya presencia se quiere minimizar en las puntas de desplazamientos.
De este modo, a partir del próximo 3 de octubre, y durante todos los domingos, los camiones de más de 7.500 kilos tendrán la obligación de circular a un máximo de 80 kilómetros por hora, solo por el carril de la derecha y tendrán prohibido adelantar al resto de vehículos. Condiciones que desde el sector se asegura que buscan forzar a los transportistas a no moverse durante esa jornada.
Cambios para camiones
Hasta ahora, Trànsit había prohibido el paso de camiones los domingos por la tarde. Fue una medida que se instauró casi de emergencia y después de que se produjesen embotellamientos en la infraestructura con el levantamiento de las barreras de peaje. Ya sufrió una primera modificación hace dos semanas. Entonces se decidió desdoblar algunos carriles de los tramos más sensibles por la reiteración de los atascos. De nuevo, con la meta de ganar fluideza en la circulación.
La nueva medida afectará únicamente a los tramos de la AP-7 entre el punto kilométrico 55, Girona Nord, y el punto kilométrico 216, en El Vendrell, en ambos sentidos. Además, se aplicará en una franja horaria en concreto. Entre las tres de la tarde y las diez de la noche. Es decir, cuando se producen las operaciones retorno de los desplazamientos de fines de semana.
Retenciones kilométricas
Desde que el pasado 1 de septiembre caducaron las concesiones de explotación de la AP-7 y en otras tres vías de alta capacidad --AP-2, C-32 norte y C-33--, hecho que implicó levantar las barreras de pejaes, las autopistas catalanas han experimentado un repunte de usuarios. Muchos conductores han aprovechado estas infraestructuras amplias en las que se puede alcanzar mayor velocidad en lugar de las carreteras nacionales y autonómicas.
Este aluvión de turismos y ciclomotores, sumado a los camiones que ya efectuaban sus rutas por estas autopistas, ha generado retenciones kilométricas en la comunidad durante los fines de semana. Por ello, Trànsit ha comunicado que mantendrá la instalación de carriles adicionales para que la circulación sea más fluida, un recurso que hasta ahora solo se utilizaba en momentos puntuales como Semana Santa, verano o Navidad.
Falta de previsión
Los grandes logísticos ya habían avisado de que la Generalitat no tenía listo un plan sobre el día después del fin de los peajes. Advirtieron de la subida de usuarios de las vías, tal y como ha ocurrido, mientras que desde el gobierno catalán se matizó esta estimación de vehículos en las carreteras. Por ello, ahora ha iniciado una especie de prueba-error con las estrategias que aplica en las autopistas liberalizadas para intentar que se conviertan en ratoneras. Es decir, en carreteras embotelladas cada fin de semana. Además de la molestia en los que realizan el desplazamiento, los atascos generan mucha contaminación. Por lo que se deben evitar en un contexto en el que la protección medioambiental es una prioridad cada vez compartida por más organizaciones.
Tampoco desde el Gobierno central se tiene cerrado el capítulo dl mantenimiento de las infraestructuras. Los Presupuestos Generales del Estado asumirán por ahora este coste para evitar abrir una discusión compleja en el momento actual, la que lleve a aplicar una especie de viñeta de circulación en todo el país vinculada al pago por uso de la carretera. De entrada, se debe decidir si se aplica solo en las autopistas o las autovías también la reclaman a los conductores. Se trata de un debate impopular que el Ejecutivo no parece muy dispuesto a abordar en el corto plazo.