Barcelona todavía no se ha recuperado de los graves disturbios y episodios de violencia y vandalismo vividos el pasado fin de semana durante las fiestas de la Mercè, unos hechos que han provocado una reacción unánime de preocupación en el comercio de la ciudad. Sin embargo, el sector ya se prepara para lo que podría ser la siguiente oleada de altercados en la capital catalana por las protestas previstas para el próximo viernes, el día del aniversario del 1-O.
Inditex ha sido la primera empresa en empezar a reforzar sus tiendas ante el riesgo de nuevos disturbios en Barcelona, y ha instalado pantallas de conglomerado de madera en los escaparates de algunos establecimientos situados en la llamada Milla de Oro de la ciudad. Ya se pueden ver en el Zara Home, situado en la esquina con la calle Diputación. La zona más premium del municipio no ha sufrido desperfectos durante los desórdenes públicos de la Mercè, aunque su ubicación próxima a lugares frecuentados por las movilizaciones independentistas, como la plaza Urquinaona, ha puesto en alerta al grupo fundado por Amancio Ortega tras los destrozos que sí sufrió la avenida comercial durante las protestas por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél.
Riesgo de manifestaciones
Los portavoces de Inditex quitan hierro a la colocación de plafones que protegen los cristales. “No tiene la menor importancia”, indican. El grupo textil admite que “a veces se toman decisiones en función de las circunstancias” que afectan a las ciudades donde dispone de locales. Subrayan que no se trata de una operativa que afecte solo a la capital catalana, sino que depende de las eventualidades de cada territorio. “Igual que vale para una tienda de Barcelona, vale para una tienda en Madrid, Nueva York o París”, informan desde la compañía. Con todo, por ahora no se conoce ninguna actuación análoga en estas otras metropolis.
Justifican así la adopción de medidas que buscan “proteger las tiendas en las ciudades grandes”. Los portavoces oficiales apostillan que, en este caso, “la decisión no tiene por qué estar relacionada únicamente” con los desórdenes en la vía pública. Este relato contrasta con el que brindan otras fuentes del gigante téxtil capitaneado por Pablo Isla, que confirman que la protección que se ha colocado en los puntos de venta de Barcelona se debe a las manifestaciones previstas en la ciudad. Señalan que es una iniciativa preventiva para evitar nuevos desperfectos y pillajes que ya se han vivido en la zona en el pasado.
El comercio toma precauciones
El local de la división de Zara dedicada a los productos para el hogar ha sido el primero en el que se han empezado a equipar las pantallas de conglomerado, aunque el Massimo Dutti de la esquina con Gran Via ha apuntado que las pondrá en breves --no así el establecimiento de la misma cadena adyacente a La Pedrera, que explica que no necesitará instalarlas porque sus vidrios están en el interior del portal y quedan protegidos por la persiana. Los plafones no cubren por ahora más escaparates en las otras cuatro tiendas del grupo en el paseo --Zara, Bershka, Stradivarius y Oysho--, como tampoco en el resto de comercios, pero el líder mundial del fast fashion no es el único que ha sido precavido ante los próximos sucesos que pueden tener lugar en la ciudad. Diesel fue una de las marcas en las que se concentraron los robos durante los disturbios que siguieron al encarcelamiento del rapero Pablo Hasél. Desde la compañía explican que tienen previsto alzar protecciones próximamente.
La Asociación de Amigos del Paseo de Gràcia puntualiza que no ha dado consignas a los comerciantes para que protejan sus negocios. Desde la organización que se encarga de gestionar la Milla de Oro catalana indican que los Mossos les han trasladado que no han detectado un peligro especial de que surjan disturbios en la avenida.
Su presidente, Lluís Sans, expresa confianza en la información del cuerpo policial por el éxito que han demostrado las previsiones en el pasado más reciente. A pesar de ello, también manifiesta inquietud por los hipotéticos sucesos de los próximos días. “De aquí al 1 de octubre pueden pasar muchas cosas”, reconoce. Los empresarios de la zona están pendientes de la evolución de la situación.
Críticas a Colau y Elena
El también propietario de uno de los comercios de lujo más conocidos de la ciudad, la multimarca Santa Eulalia, considera que “hasta que no se tomen medidas, el problema no desaparecerá”. Asevera que echa en falta acciones más contundentes por parte de las administraciones implicadas, en particular, el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Cataluña. Por ello, critica de forma contundente a la alcaldesa Ada Colau, ya que considera que “la ciudad se le ha degradado” bajo su mandato. Con todo, sus palabras más duras las dirige al actual consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, así como a sus predecesores en el cargo, por su gestión al frente de los Mossos.
Afirma que los agentes del cuerpo de seguridad catalán, especialmente los antidisturbios de la unidad de élite de orden público y grandes aglomeraciones --el Área de Brigada Móvil (Brimo)--, “están absolutamente desmotivados, porque cada vez que actúan con criterios profesionales, el Govern los desautoriza, porque está condicionado por la CUP”. Y eso, según su análisis, pasa factura al trabajo que realizan.
Desprestigio de las autoridades
“Si eres de la Brimo y te dicen que si le das con una bola de foam a una persona, después te pueden denunciar y te vendrá el consejero del Interior a desautorizarte, le dirás que venga él a tirarlas”, alerta Sans. “Llevamos muchos años minando el prestigio de la policía, de la autoridad, y tiene consecuencias”. El empresario advierte de que “cuando no se controla la calle, los violadores, los ladrones… aprovechan” cualquier pretexto, ya sea unas fiestas mayores o las convocatorias por un aniversario o una detención.
El comercio de lujo de Barcelona también da un toque de atención a los responsables políticos del territorio. Todo ello, tras las agresiones con arma blanca, violaciones, atracos, saqueos de tiendas y destrozos de locales, vehículos y mobiliario público que se han denunciado en los botellones de las últimas semanas.