El gigante británico IWG monta un ‘coworking’ de cinco plantas en el 22@

La promotora del proyecto, IMSA, ha explicado a Crónica Global que seguirá como propietaria del activo, ya que IWG, a través de su marca Premium Spaces, se instalará en régimen de alquiler, para a su vez ofrecer servicios de arrendamiento de espacios de coworking. El inmueble entrará en funcionamiento para su uso comercial el próximo 1 de junio.

Un inquilino para nueve espacios

Inicialmente, la firma inmobiliaria tenía planeado un diseño en el que se diferenciaban hasta nueve espacios de oficinas que podían ocupar distintos inquilinos. Sin embargo, IWG, una de las principales multinacionales de arrendamiento de oficinas de trabajo flexible y coworking, y presente en más de 100 países, lanzó la propuesta de adjudicarse las instalaciones al completo sin compartirlas con ninguna otra compañía, dado su interés en consolidar su marca en Barcelona.

Una vez disponibles, se espera que se instalen en las oficinas --que se entregarán listas para entrar a trabajar-- empresas tecnológicas y start ups, por su emplazamiento cercano al ecosistema empresarial del sector, así como organizaciones dedicadas a la investigación, la cultura y el conocimiento.

Terrazas y jardines

El edificio está compuesto por dos volúmenes, el principal, de cinco plantas con forma de L, y otro más pequeño de dos plantas. Ambos disponen de espacios exteriores, como los dos de la planta baja, uno de los cuales será privado y el otro se cederá al Ayuntamiento de Barcelona; o las terrazas con lucernarios de la primera planta.

El interior del recinto de obra del futuro 'coworking' de Mas de Roda / CG

No obstante, el principal es la terraza ajardinada de la cuarta planta, que en los próximos meses se llenará de verde con una extensa plantación. Además, la quinta planta, la más pequeña, también cuenta con una pequeña terraza anexa.

Apuesta por la estética industrial

El diseño del edificio alterna las cubiertas planas de las terrazas con una cubierta inclinada rematada en cinc, el mismo material de las chapas metálicas de los vestíbulos, y que se complementa con el ladrillo manual de las fachadas como referencia a las antiguas fábricas del barrio del Poblenou. De hecho, la arquitectura del proyecto intenta alejarse de la frialdad de las oficinas urbanas y busca la línea estética original del barrio.

Completamente diferente es el interior del inmueble, que usa numerosas mamparas de vidrio transparente, para separar las oficinas de los pasillos interiores, y muebles de diseño minimalista, sobre todo de madera. Los pavimentos combinan el vinilo con la resina y la moqueta --presente en las salas de reuniones de la planta baja--. Las paredes envuelven de blanco los espacios, aunque ceden el protagonismo a los vidrios de grandes dimensiones que recorren el perímetro del edificio.