El plan de ACS sobre la creación de un gigante de las concesiones de infraestructuras en Europa está más cerca. El presidente del grupo de construcción y servicios, Florentino Pérez, consiguió “colarse” a última hora en la reunión del consejo de administración que Atlantia celebraba este jueves con una propuesta para adquirir las autopistas de la compañía en Italia, justamente una alternativa a la que el órgano ejecutivo tenía previsto analizar en su encuentro.
Fue a través de una maniobra consistente en el envío de una misiva que llegó el mismo día del consejo, en la que Pérez expresaba el interés de ACS, junto a otros inversores, de formular una oferta para hacerse con una participación mayoritaria de Autostrade per l’Italia (ASPI), la filial que agrupa las concesiones de Atlantia en Italia, a la venta desde el pasado verano. En la carta, Pérez hacía alusión a las buenas relaciones entre ACS y Atlantia, a raíz de la operación conjunta que ambos llevaron a cabo para comprar Abertis.
La pieza clave
Y es precisamente la concesionaria española la pieza clave en el engranaje, la que da sentido a la estrategia de ser un actor de referencia en el sector. Si a la privilegiada cartera de la compañía que preside Marcelino Fernández Verdes, especialmente en España y Francia, se le suman valiosos activos concesionales en Italia, el sueño del campeón europeo se convierte en realidad.
Tras la anunciada intención por pare de Pérez de pujar por ASPI, a comienzos de semana, las dudas del mercado se centraban en que ACS fuera capaz de armar a tiempo una propuesta para competir con la que Atlantia tiene desde hace tiempo encima de la mesa y que, además, está auspiciada por el Gobierno italiano.
Pesimismo a priori
Precisamente, la Administración que forzó a la compañía transalpina a poner a la venta ASPI, tras el acuerdo alcanzado el pasado verano para sustanciar la situación creada a raíz de la tragedia del puente Morandi.
No eran pocos los analistas y bancos de inversión que daban por hecho que la propuesta de ACS llegaba tarde, toda vez que la última propuesta formal del banco público CDP, con el apoyo de los fondos Blackstone y Macquarie, había sido presentada justo antes del inicio de la Semana Santa y el consejo de Atlantia ya contaba con los análisis de los asesores contratados para comenzar a debatir sobre la propuesta.
El consejo toma nota
Sin embargo, las dudas se despejaron al terminar la reunión. No hubo demasiados detalles sobre el encuentro de forma oficial. Pero el más importante para ACS es que el órgano ejecutivo de Atlantia había tomado nota de la propuesta y había acordado tenerla en consideración, hasta el punto de que se emplazaba a próximas reuniones, a celebrar en el corto plazo, para tomar una decisión.
Como se dice en el argot deportivo, la propuesta había entrado “sobre la bocina”. Y, aunque no han trascendido las cantidades de forma oficial, todo apunta a que la oferta de ACS rondaría los 10.000 millones de euros, frente a los poco más de 9.000 que incluye el proyecto de CDP.
El papel de TCI
En este punto, ACS tiene el favor de uno de los principales accionistas de Atlantia, junto a la familia Benetton. Se trata del fondo The Children Investment Fund (TCI), el primer socio privado de AENA, cuya entrada en el capital de la compañía italiana se produjo, precisamente, en el marco de la batalla que sostuvo en su día con ACS por la adquisición de Abertis.
Desde entonces, TCI ha elevado su paulatinamente su participación en la concesionaria italiana, de la que ya controla el 10%. Conocido por su carácter activista, la entidad fundada y comandada por el inversor británico Chris Hohn no ha tardado en pronunciarse a favor de la propuesta del grupo español y manifestar una cerrada defensa del derecho de Atlantia a la hora de vender ASPI al mejor postor, con independencia de que la oferta competidora esté apadrinada por el Gobierno italiano.
Pendiente de Vinci
El hecho de que ACS haya tenido que apurar tanto los plazos se debe al hecho de que las negociaciones con Vinci para cerrar la venta de su división industrial. Una operación que, en principio, debería haber concluido a finales del pasado año pero cuya complejidad ha llevado a las partes a extender las conversaciones durante todo el primer trimestre 2021.
Con los cerca de 5.000 millones del montante de la compraventa asegurados, ACS tenía las manos libres para lanzarse a por la que puede ser la operación corporativa del año en el Viejo Continente.
Junta decisiva
Los acontecimientos deberán precipitarse en los próximos días, toda vez que Atlantia tiene convocada su junta de accionistas para finales del presente mes de abril. Una asamblea que podría ser decisiva para el desenlace de un proceso transformado en un auténtico culebrón.
Y también podría ser clave para el despegue del gigante europeo de infraestructuras que ya rondaba por la cabeza de Florentino Pérez cuando decidió lanzarse a por Abertis, cuando todo indicaba que quedaría en manos italianas.