La venta de la división industrial de ACS a Vinci no tendrá repercusión en el plano laboral. La compañía francesa prevé mantener el empleo asociado al negocio que acaba de adquirir por 4.900 millones de euros, liderado por Cobra, que se traduce en una fuerza laboral de aproximadamente 45.000 puestos de trabajo en todo el mundo.
La estrategia se extiende al equipo directivo, con lo que el consejero delegado de Cobra, José María Castillo, seguirá en su puesto tras el cierre efectivo de la operación, de acuerdo con la presentación de la operación a cargo de la empresa gala.
Proyectos renovables
El perímetro de la transacción incluye, además de las actividades de ingeniería y obras, las participaciones en ocho concesiones, proyectos de participación público-privada, principalmente de energía, así como la plataforma de desarrollo de nuevos proyectos en el sector de energía renovable.
En este sentido, Vinci prevé servirse de esta plataforma para centralizar todos sus proyectos renovables, que le permitirán alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones. Cobra ya tiene identificados proyectos de renovables con capacidad para 23 gigavatios (GW).
Empresa conjunta
Por su parte, ACS retendrá principalmente en su poder su filial de renovables Zero-e y quince concesiones cuyo proceso de segregación se llevará a efecto antes de la ejecución de la compraventa, unos activos industriales que tienen un valor de 1.600 millones de euros.
Además, las dos compañías se han comprometido a crear una empresa conjunta a la que aportarán todos los activos renovables que desarrolle la división industrial y que estará participada al 51% por Vinci y al 49% por ACS.