El líder del PP, Pablo Casado, ha anunciado que lanzará una iniciativa en el Congreso para crear un fondo de 50.000 millones de euros para “rescatar” a la economía productiva de la crisis del coronavirus. Recoge de esta forma la iniciativa que Foment del Treball puso sobre la mesa a principios de mes.
La patronal liderada por Josep Sánchez Llibre aseguró que esta inyección de capital se debía articular “con la máxima urgencia posible” por la magnitud del impacto de las restricciones de movilidad al sector privado. El golpe a la actividad que se agrandará con las medidas que se han empezado a aplicar para frenar la tercera ola de la pandemia.
Máximo consenso posible
La problemática del empresariado catalán es análoga a la que se vive en otras regiones del país, por lo que esta demanda de ayuda ya se lanzó pensando en las necesidades del conjunto de España. Casi 10 días después de verbalizarse, el PP ha confirmado que materializará la iniciativa y que esta irá en línea a las propuestas que se han articulado en “otros países europeos”. Como Francia, Alemania o Reino Unido.
Casado, que ha estado este jueves en Girona, ha tendido la mano al Gobierno de PSOE y Podemos para que la propuesta salga adelante con el máximo consenso posible. “Sería muy positivo hacerla de forma conjunta”, ha declarado. Ha recordado que las previsiones macroeconómicas se “están enfriando” por el impacto, precisamente, de la tercera ola y de que es necesario movilizar ayudas sin mayor demora.
Ayudas directas, no créditos
“Hay que lanzar este plan de choque ya”, ha sentenciado. Según el líder popular, se trata de un fondo de “competitividad y de rescate a la economía productiva”. También ha advertido de que quedarse con los brazos cruzados ante el nuevo “parón económico” propiciado por el Covid hace “mucho daño al Estado del bienestar”.
Ha señalado que hay que “aumentar la liquidez”, pero no con créditos con condiciones ventajosas (como los ICO), la fórmula por la que se optó en marzo. Asegura que ahora se necesita inyectar dinero “directamente a las empresas que son viables y están en un grave parón económico”.
Cinco millones de parados
De lo contrario, advierte de que la factura final puede ser mucho más cara para el Estado. Casado indica que se entraría en un escenario en que se deberían “afrontar prestaciones por desempleo y la caída en la recaudación”. Todo ello, en un mercado laboral en el que ya “hay cinco millones de españoles que quieren trabajar y no pueden”.
Para evitar esta alternativa, también tilda de indispensable medidas como la “extensión de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) hasta el fin del estado de alarma”. La negociación que está abierta entre Gobierno y agentes sociales y que, por ahora, no consigue el consenso necesario para prosperar. Con todo, las partes implicadas dan por hecho que se cerrará un pacto antes del 31 de enero, la fecha en que decae.
Bajada de impuestos
El líder del PP no contempla una recuperación económica sin la revisión impositiva. Pero el "plan de choque fiscal" que plantea no pasa por subir impuestos, tal y como defiende el Gobierno, sino por bajarlos. En este punto, ha reclamado al Ejecutivo de PSOE y Podemos que “deje la demagogia” acerca de que hay que “pagar prestaciones sociales y recaudar”.
Le exige un ejercicio de realidad en el escenario actual. “Si cierran [las empresas] no pagan ningún impuesto, por lo que preferimos que paguen menos pero que los paguen”, ha remarcado. De nuevo, lo mismo que ocurre en los países europeos más próximos. Recuerda que Francia “incluso ha pedido incluir la rebaja en los fondos de reconstrucción europeos”, hecho que podría maximizar su alcance. Otra de las iniciativas que el PP ya ha propuesto al presidente Pedro Sánchez.
Cuestiones todas ellas que darían a las empresas “certeza” para su “planificación” tras un año convulso que, por ahora, continuará sin cambios. Existe la esperanza de la vacuna y las previsiones más optimistas esperan recuperar la actividad habitual el próximo verano. Por todo ello, el PP lanza esta batería de iniciativas con el fin de que el sector privado del país “pueda aguantar”.