Un año después de la explosión en la planta de Iqoxe que dejó tres muertos y varios heridos, la compañía química está inmersa en un proceso con el que pretende mejorar su imagen, dañada con fuerza a raíz del fatal accidente. La empresa ha realizado una inversión de 27 millones con el fin de renovar y optimizar todas sus instalaciones, un proceso que permite mantener en funcionamiento la producción en el polígono petroquímico de Tarragona.
El estallido afectó a un reactor, y una auditoría de la Generalitat detectó graves deficiencias en los protocolos de la empresa, hasta el punto que los mecanismos de prevención no intervinieron para apagar la fuerza de las llamas. Estas y otras conclusiones dejaron en un muy mal lugar a la compañía, que ahora trata de limpiar su imagen corporativa.
Plan ‘Renove’
Tras la explosión todos los ojos se pusieron sobre la seguridad existente en la planta donde opera. La compañía, conocedora de ello, no ha escatimado en tratar de compensar este suceso que lastrará para siempre su actividad. Iqoxe ha instalado una nueva subestación eléctrica y ha establecido auditorías internas y externas en su operativa, con las que pretende hacer un ejercicio de transparencia empresarial.
Una de las consecuencias de la explosión fue su impacto en el medio ambiente. Para intentar limpiar su rastro ecológico se ha apostado por la instalación de 2.900 placas fotovoltaicas con el fin de generar energía eléctrica sostenible.
Química ‘Eco-friendly’
Con esta intervención la empresa cree que podrá abastecer hasta un 20% de la energía eléctrica de la compañía con fuentes renovables, lo que “permitirá reducir las emisiones de CO2, y así compensar el daño que provocó la explosión".
Javier de Benito, director general adjunto de Iqoxe, considera que la inversión realizada reitera “el compromiso de la empresa con sus trabajadores y con el territorio a través de la reinversión en nuevos proyectos industriales que se desarrollen en polígono petroquímico de Tarragona”.
Más seguridad
Iqoxe está en proceso de invertir cuatro millones de euros en mejorar la seguridad de las instalaciones, dado que tras la explosión quedó al descubierto que ésta era deficiente. En este sentido, se apuesta por la creación de tres nuevas salas de control y la implementación de un conjunto de salvaguardas.
De esta forma, dicen, se dota a las instalaciones de “un nivel de seguridad adicional al que exige la legislación”. Además, se destinarán un millón de euros a reconstruir y remodelar toda la zona de oficinas y los edificios anexos, para apostar por la “calidad e innovación tecnológica”.
Apoyo a los vecinos
Como consecuencia de la explosión originada, muchos vecinos sufrieron daños en sus inmuebles y propiedades. La compañía apunta que hasta el momento han atendido “200 reclamaciones por un valor de 2,8 millones de euros”.
En un intento extra de dar una imagen de empresa empática y responsable de sus actos, Iqoxe también ha atendido a todos aquellos vecinos que no tenían seguro en el momento del accidente, y también a aquellos cuyas aseguradoras les han puesto objeciones para compensar los desperfectos. En este sentido, Javier de Benito destaca que para la compañía era importante “encontrar una respuesta adecuada para cada caso particular”.