Posición clara y unánime. Los agentes económicos y sociales consideran que los centros de trabajo han sido eficaces a la hora de aplicar medidas para evitar los contagios por el Covid-19, y no desean volver a la situación de teletrabajo de hace unos meses. Ahora ya con una regulación sobre el teletrabajo, pero sin que se pueda obligar a las empresas, el Govern pidió en una reunión con patronales y sindicatos que el teletrabajo pueda pasar el actual 8% al 25%, con medidas restrictivas de movilidad que se aprobarán este miércoles y que pasan por colocar el foco en los sectores del ocio y de la restauración.
Con los servicios de la atención primaria colapsados, el Govern ha interiorizado la gravedad de la situación. En una reunión previa, celebrada el pasado lunes, el Ejecutivo catalán expresó, según algunos de los asistentes, “una enorme preocupación, con todas las letras, para que la pandemia no se vaya de las manos”. Y con esa obsesión, el vicepresidente Pere Aragonès y la portavoz del Govern y consejera de Presidencia, Meritxell Budó, insistieron en recuperar el teletrabajo como medida esencial para intentar doblegar la curva de infectados.
Teletrabajo y escuelas
En ese contexto, Foment, Pimec, CCOO y UGT, señalaron, en una reunión de carácter técnico, que se debe intentar todo lo posible que se mantenga el “trabajo presencial”, teniendo en cuenta, además, que el curso escolar se ha iniciado con cierta normalidad, y que las familias han podido compaginar el trabajo en las empresas con la atención a sus hijos tomando las precaucaciones necesarias. “Lo último es volver al teletrabajo, o cerrar las escuelas, que forman parte ahora del sector económico, aunque nadie discute que se debe corregir la excesiva movilidad para que la situación pueda mejorar de cara a la Navidad”, señala una fuente empresarial.
La posición firme de Foment del Treball, que preside Josep Sánchez Llibre, ha sido apoyada por Pimec, que, además, advirtió de que la ley del teletrabajo no la aplicará la mayoría de empresas, al permitir que el trabajo a distancia quede por debajo del 30%. Con ese porcentaje, no se entra en los parámetros de la ley. El tejido empresarial teme el coste que pueda conllevar y según Pimec su aplicación podría ser “contraproducente”.
Cierre de bares y universidades
El cierre de bares y restaurantes se ha asumido, en cambio, por parte de los agentes sociales y económicos como una medida necesaria para paliar los contagios del Covid, una medida que se suma a la docencia “virtual” que se ha decretado para las doce universidades catalanas, públicas y privadas. Y también el parón en el deporte no profesional. El objetivo es impedir las reuniones sociales y las aglomeraciones, con la idea de que en quince días la situación podría estabilizarse.
Para el vicepresidente Aragonès es crucial que la situación se pueda controlar, y que el número de contagiados no se eleve de tal manera que colapse, de nuevo, el sistema sanitario. Pero entiende la posición empresarial, y también de los sindicatos, que insisten en mantener abiertos los centros de trabajo. Las fuentes patronales consultadas insisten en que ya no se trata sólo de la posición de las empresas, sino de los propios “trabajadores y del equilibrio psicológico” que supone seguir accediendo a los puestos laborales, después del esfuerzo realizado para que se respeten todas las medidas de protección de higiene.
"Miedo en el cuerpo"
La portavoz del Govern, sin embargo, Meritxell Budó, incidió este martes en que el deseo sería el de incrementar de forma sustantiva el porcentaje de teletrabajo, hasta conseguir un 25%. Sin embargo, también señaló que quería el máximo consenso y fiaba un acuerdo a la posición de los interlocutores sociales y económicos. Esa posición se valora desde patronales y sindicatos. “Hemos comprobado que se quiere consensuar todo y eso es positivo”, se señala, desde la constatación de que el Govern, que capitanea Aragonès, codo con codo con Budó, “tiene el miedo en el cuerpo”.
En el fondo del asunto está la fecha de las elecciones, el 14 de febrero, con la esperanza de que la pandemia haya dado un nuevo respiro y los comicios se puedan desarrollar con toda ‘normalidad’. El “miedo en el cuerpo”, en todo caso, se produce por el posible desbordamiento de los casos de coronavirus y un aumento significativo de enfermos en las UCI, así como el colapso en la atención primaria, con una falta de personal preocupante.