El empresariado admite ahora que Collboni marca a Colau
El tejido económico se reúne en privado con el teniente de alcalde para que se busque una salida al marasmo de Barcelona
7 octubre, 2020 00:00La pugna se mantiene en los últimos meses, desde antes del inicio de la pandemia del Covid. El empresariado reclama respuestas en el Ayuntamiento de Barcelona ante lo que considera un colapso total protagonizado por la alcaldesa Ada Colau. Y quien recibe duros reproches por ello es el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni. Ahora el tejido económico admite que Collboni “empuja en la dirección correcta”, aunque se le pide más contundencia y un desmarque más claro de sus políticas, entre otras, de movilidad. “Reacciona mejor”, señalan las mismas fuentes que hace unas semanas le reprochaban su falta de influencia en el consistorio.
El discurso, que el propio Collboni conoce de sobras, se repitió en una cena privada este lunes. Los reproches a Colau fueron duros, y se trató de una especie de reedición del encuentro de hace unas semanas en el Círculo Ecuestre, con casi los mismos protagonistas, con el presidente de Foment, Josep Sánchez Llibre, como gran abanderado de la posición anti-Colau, por los planes de movilidad y por la falta de diálogo.
Una tensión, ¿superada?
A Collboni se le reclamó un papel más claro, más activo y con cintura para desmarcarse cuando toque de la alcaldesa Colau, pero se admitió que el referente económico es él y que ha puesto en marcha medidas para paliar el parón que ha supuesto la pandemia, como la ampliación de terrazas en las calles, o el empuje que, personalmente, le ha dado al capítulo de la seguridad, con la oferta de nuevas plazas para agentes de la Guardia Urbana.
El primer teniente de alcalde recogió el guante e indicó que, le guste o no, su capacidad de maniobra es la que es, y que Colau es “la alcaldesa”. Es decir, el líder del PSC en Barcelona forma parte de un acuerdo de gobierno, y tiene bajo su responsabilidad el área económica, pero no toma las últimas decisiones, que son las propias de la alcaldesa. A pesar de eso, en las últimas semanas ha habido una enorme tensión –no ya en los últimos días, donde se ha “reconfigurado” un nuevo equilibrio—entre los dos socios, producto de la presión de Collboni.
La interlocución de Collboni
En la cena se logró, precisamente, ese otro equilibrio entre el tejido económico y Collboni, que toma nota de las reivindicaciones empresariales, pero que no puede ni quiere romper un acuerdo de gobierno. Utilizará el margen que tenga disponible, y sigue un plan trazado desde hace meses para reimpulsar la ciudad. A todos los empresarios, Collboni les emplazó a “no mirar el microdetalle”, a “tener una visión más amplia de la ciudad”, en alusión a la cuestión que ha irritado más a las organizaciones empresariales: los “colorines” por toda la ciudad, como parte de ese plan “anticoche” que se ha propuesto la alcaldesa Colau.
Eso irrita en Foment, y en Pimec y en muchos empresarios y directivos de grandes empresas que señalan la importancia de "encontrar vías de encuentro". El reproche a Colau no es por su deseo de gestionar mejor para reducir la contaminación, algo que se aborda en todas las grandes ciudades europeas, sino el hecho de que "no consulta ni se reúne con nadie". Y se pide a Collboni que influya y presione en esa dirección, porque, precisamente, Collboni sí mantiene la interlocución con todos ellos.
Ver la "globalidad" de la acción de gobierno
"Es la referencia que tenemos, no hay otra ni alternativas de gobierno en Barcelona", señala un directivo, que mantiene una buena relación con Collboni. El problema es que el primer teniente de alcalde "sí debería explicar mejor todo lo que hace internamente".
En ningún momento Collboni, sin embargo, rehuyó de su responsabilidad institucional, y asumió que forma parte del mismo gobierno municipal que Colau, pero sí reclamó que se vea "en su globalidad" todo lo que se hace en el Ayuntamiento.