La Agencia de la Natura se tambalea

No es la Guerra dels Segadors, pero lo parece. El sector agrícola y forestal de Cataluña se está movilizando contra la Agencia del Patrimonio Natural y la Biodiversidad, y de qué manera. Alcaldes del Pirineo, el Consell d’Alcaldes del Pallars Jussà y la Diputación de Lleida han pedido que se retrase la aprobación de la Proposición de Ley en el Parlament.

Antes lo habían hecho los afectados encabezados por el Institut Agrícola de Sant Isidre, el Consorcio Forestal de Cataluña, la Asociación de Propietarios Forestales y Joves Agricultors i Ramaders con el apoyo de más de una decena de organizaciones territoriales, que pidieron la retirada del proyecto porque no recogió la proposición de ley ni una sola de sus aportaciones en la tramitación parlamentaria. Incluso algunas organizaciones, como el Institut Agrícola, fueron vetados en la comisión de tramitación y no pudieron dar su opinión.

Foment del Treball también se une

El último en sumarse contra la Agencia de la Natura ha sido la patronal Foment del Treball que, de esta forma, ha dado apoyo al Institut Agrícola cuyo presidente, Baldiri Ros, es a la vez vicepresidente de la gran patronal catalana.

La Agencia de la Natura ha visto retrasada su aprobación final porque en ERC han surgido dudas. La consellera de Agricultura, Teresa Jordà, ha escuchado en estos meses las quejas de los sectores más afectados, y parece que éstas no han caído en saco roto. Además, la paternidad de la Agencia no está en Agricultura, sino en Territori, con Damià Calvet a la cabeza.

Piden que se aparque del todo

El proyecto estaba consensuado por PSC, Comuns, Junts per Catalunya y Esquerra Republicana. Su aprobación, de nuevo, ha sido retrasada y los oponentes han redoblado la presión para que sea aparcado definitivamente enviando cartas a los presidentes de la Generalitat, Diputación y Parlament, además de a los consellers implicados, Agricultura y Territorio.

En la enviada por Foment del Treball y el Institut Agrícola Català de Sant Isidre se solicita “la retirada total y sin contemplaciones de la Proposición de Ley de creación de la Agencia de Patrimonio Natural, por todos los perjuicios que causaría al sector agroalimentario y forestal catalán”.

Nadie defiende el proyecto

Los sectores afectados consideran que el modelo propuesto de Agencia “no conseguirá los objetivos que se propone porque no contempla la participación del conjunto de actores del territorio”, por lo que se “acentuará el abandono de los bosques, de la agricultura y de los pueblos”, con el consiguiente “aumento del desequilibrio territorial”.

La amplia oposición en el territorio y en los sectores apuesta por la tramitación de un proyecto de ley “para dar cumplimiento al encargo europeo de conservar y mejorar nuestro patrimonio natural y nuestra biodiversidad” y que contemple “desde el principio la participación del sector agroforestal para que se vea reflejado que este sector forma parte de la gobernación y de la gestión del territorio”.

Los municipios tampoco la ven con buenos ojos por la “invasión en las competencias municipales respecto a la gestión del territorio y un incremento notable de la burocracia y órganos decisorios de los usos y aprovechamientos de las fincas”, como reza la misiva del Institut Agrícola.

Los políticos tampoco se ponen de acuerdo

Jordà tiene un dolor de cabeza porque amplios apoyos del partido republicano en el territorio se están movilizando, pero sobre todo lo tiene Damià Calvet que está viendo como su proyecto estrella se está cayendo como un castillo de naipes y se recrudece su enfrentamiento con los republicanos, al tiempo que las aguas se enturbian en las filas de Junts per Catalunya.

En el PSC también las aguas bajan revueltas. No es lo misma posición la que se mantiene en Lleida, Tarragona o Girona que la posición del portavoz socialista en este proyecto, Esteve Terrades, que también se encuentra con problemas. Sólo los Comuns mantienen su apoyo total a un proyecto que se ha fraguado a espaldas del sector.

Y ahora, el sector se ha levantado contra las aspiraciones del Govern y de los sectores ecologistas.