Las mujeres representan el 22% de la base del sector del transporte de mercancías de Europa, según datos de la Comisión Europea. Cristina Batiste, transportista en Cataluña, es una de las que se encuentra dentro de ese porcentaje y tiene claro que, desde la Administración, no existen iniciativas suficientes para aumentarlo. "Potencian a la mujer en el transporte de viajeros, pero no en el de mercancías", defiende, a pesar de que la escasez de conductores es destacado como uno de los grandes problemas de esta actividad a nivel europeo. 

Cristina, que trabaja de forma autónoma, cuenta con el carnet de camiones y de tráilers, que consiguió gracias a los cursos para personas sin empleo del INEM (actual SEPE). "Cuando me sacaba el carnet de camión, fui la única mujer en un curso de 15 personas, y en el de tráiler fuimos dos de 15", detalla al explicar que, incluso en el servicio público, se extrañaron de su decisión: "Me preguntaban siempre si no quería el de autobús".

Inversión para ser transportista

Para esa trabajadora, el mayor problema para ser autónomo en el transporte de mercancías, que se nutre en gran parte de este tipo de profesionales y de microempresas, es la inversión. Cristina destinó 30.000 euros a comprar un camión de segunda mano --"me lo compré así porque si no me hubiera sido imposible empezar", declara--.

También su marido conduce el vehículo pesado, como autónomo asociado, desde que lo compraran hace dos años. Reconoce que "no fue fácil" pero que, ahora, no les falta trabajo. "Comenzamos sin contactos, desde cero, pero trabajando lo hemos sacado adelante", comenta. Su zona de actuación se centra en el Vallès y en Girona y cuentan con el apoyo de Ontruck como transportistas colaboradores.

Cristina Batiste, transportista, junto a su marido / CG

Formación

Además del permiso de conducir y del vehículo, para ser transportista se precisa una licencia especial y el Certificado de Aptitud Profesional (CAP), necesario para poder ser profesional del sector y que se renueva cada cinco años. "Antes te sacabas el carnet de conducir y ya valía, ahora lo están regulando" para que los que quieran dedicarse a esta actividad cuenten con la "formación" necesaria, señala Cristina.

A este respecto, José María Quijano, secretario general de la Confederación Española del Transporte de Mercancías (CETM), apunta que desde las asociaciones sectoriales se realizan "formaciones" para los trabajadores pero la profesionalización del sector es un tema que debe abordarse desde la Administración. “Hace años que reivindicamos que haya un ciclo formativo para enfocar las carreras de los futuros conductores”, defiende.

Sector poco atractivo

Quijano señala que la incorporación de la mujer en el transporte es “una de las soluciones” que se plantea para revertir la situación. La fórmula pasaría, según el directivo, por “hacer el sector más visible a la sociedad y más atractivo para los trabajadores”, independientemente del sexo que tengan y con la ayuda de los gobiernos.

"Por parte de las administraciones se le debería dar mayor visibilidad y más importancia", destaca el representante de la CETM antes de agregar que es una petición que la confederación ha trasladado "a un Gobierno tras otro". "Toda la sociedad depende de la cadena de transporte; es una actividad con una importancia vital". El peso de este sector en el PIB de 2018 --últimos datos localizados-- fue del 2,9%, según los datos del observatorio del Ministerio de Transporte sobre esta actividad.