Las grandes empresas españolas llamadas a ser las más afectadas por el Brexit por su exposición a Reino Unido han tenido un comportamiento desigual en Bolsa desde la celebración del referéndum que determinó la salida del país de la Unión Europea hasta este viernes, que finalmente se hace efectiva. El balance global, en términos de capitalización bursátil, es más que positivo. En su conjunto, Sabadell, IAG, Ferrovial, Iberdrola, Santander y Telefónica valen hoy unos 19.150 millones de euros más que antes de la consulta. Sin embargo, no todas han tenido el mismo comportamiento. Mientras Iberdrola y Ferrovial cotizan actualmente en máximos históricos, Telefónica y Sabadell se han dejado en torno a un tercio de su valor en este periodo.
Aquel 24 de junio de 2016 fue el día más negro para los mercados europeos desde el 11-S. El Ibex-35 cerró aquella sesión con un monumental desplome del 12,3% tras conocerse que una mayoría de los británicos que habían acudido a votar habían dado su visto bueno a la salida de la Unión Europea por parte del Reino Unido.
Entre el descalabro general destacaron los de las empresas más expuestas al mercado de este país. Sin ir más lejos, Santander y Sabadell, los bancos españoles que adquirieron en su día entidades financieras británicas. Ambos se dejaron más de un 19% aquel viernes negro.
Fuerte impacto inicial
Similar fue el retroceso de Telefónica, por encima del 16%, penalizada por su presencia en el mercado local a través de la operadora O2. Iberdrola y Ferrovial, igualmente con destacadas filiales en Reino Unido, se dejaron en torno a un 10%. No obstante, la palma se la llevó IAG, el holding que agrupa, entre otras, a las aerolíneas British Airways e Iberia, la conexión perfecta entre empresa británica y española con todo un panorama regulatorio por resolver por delante. Al final de aquella sesión, IAG valía cerca de un 27% menos que el día anterior.
Pese a esa primera reacción, no ha sido el grupo de aerolíneas el que ha salido peor parado de este largo periodo de transición que desemboca en la salida efectiva de Reino Unido del ámbito de la Union Europea. Entre los principales afectados, Sabadell se ha llevado la peor parte, ya que su capitalización hoy se encuentra un 35% por debajo de la que lucía al cierre de la sesión previa a conocerse el resultado del referéndum.
La 'tormenta perfecta' de Sabadell
En este tiempo, la entidad que preside Josep Oliu vino a padecer una especie de tormenta perfecta. A la incertidumbre derivada de las consecuencias del Brexit se sumó el episodio de crisis tecnológica que padeció TSB, el banco británico que compró a comienzos de 2015. Además de que los fallos que dejaron a miles clientes sin poder acceder a sus cuentas complicaron la integración de la entidad en Sabadell, también acarrearon costes imprevistos que alcanzaron cifras próximas a los 300 millones de euros.
Todo ello agravado por un entorno de tipos de interés históricamente bajos en la zona euro que, según destacan los analistas, han estrechado los márgenes del negocio bancario al máximo; una circunstancia que también ha repercutido en el comportamiento de la acción de Santander. No obstante, el impacto en su cotización ha sido notablemente inferior al padecido por Sabadell.
Salvado por la diversificación
Los títulos del banco que preside Ana Botín cotizan en la actualidad algo más de un 5% por debajo de los que registraban antes del referéndum. Incluso, la capitalización de la entidad es algo superior al haber incrementado el número de acciones producto de la ampliación de capital de más de 7.000 millones de euros que llevó a cabo para afrontar el saneamiento de Banco Popular.
El mercado destaca que la mayor diversificación geográfica de Santander, con mercados especialmente pujantes como el brasileño, ha contribuido a paliar los efectos del Brexit, que aún se han dejado sentir en los resultados de 2019, con saneamientos por valor de 1.500 millones de euros que han impactado en el resultado atribuido del grupo. “Hemos tenido más de tres años para hacer los deberes y creo que los hemos hecho bien”, apuntó Botín esta semana, en la presentación de las cuentas.
Un relevo complicado
Junto a Sabadell, Telefónica ha sido la más impactada en Bolsa por el proceso del Brexit, aunque también ha padecido las consecuencias de una complicada transición en la presidencia con la marcha de César Alierta, tras 16 años como presidente, y el relevo por José María Álvarez-Pallete, quien ha tratado de dar un giro tecnológico al grupo que se ha traducido en el emprendimiento de un camino un tanto errático y con varios intentos de deshacerse de activos (entre ellos, la propia O2) frustrados por las circunstancias del mercado.
La prueba es que la operadora de telecomunicaciones se había recuperado del varapalo bursátil que supuso el resultado del referéndum del Brexit a comienzos de 2017 y que logró situar su acción cómodamente por encima de la cota de 10 euros poco después.
Desde entonces, no ha abandonado el tono negativo, hasta el punto de llegar a perder la referencia de 6 euros y dejar de ser una de las cinco mayores empresas españolas por capitalización bursátil. En este caso, el factor Brexit no ha sido lo que más ha pesado para explicar el comportamiento de la compañía en Bolsa.
Triunfadores
Un escenario totalmente distinto se han movido Iberdrola y Ferrovial. La eléctrica, que tiene en Reino Unido uno de sus cinco grandes mercados desde la compra de Scottish Power, ha compensado la incertidumbre por las consecuencias del Brexit por los avances en el ámbito de las energías renovables, en el que la compañía es uno de los principales actores del mundo.
La apuesta de la Unión Europea en general y de España, en particular, por esta tecnología y el compromiso con la reducción de emisiones contaminantes ha disparado las apuestas del mercado por Iberdrola, además de sus avances en otros mercados estratégicos como México, Brasil o EEUU.
Además, su negocio en Reino Unido tiene un alto componente en ámbitos regulados, como el de las redes, lo que ha minimizado los riesgos incluso en el hipotético caso de un Brexit sin acuerdo, que finalmente no se ha concretado. Desde el referéndum, Iberdrola ha disparado un 78% su capitalización bursátil y vale cerca de 27.500 millones de euros más. En la actualidad, el valor cotiza en sus máximos históricos.
Alzas del 10% para el Ibex
Un hito que comparte con Ferrovial. También llamada a ser una de las más afectadas por la decisión de Reino Unido de la salir de la Unión Europea, el grupo controlado por la familia Del Pino ha potenciado los negocios de concesiones, que cuenta con Norteamérica como principal mercado y además ha visto como uno de sus principales activos, el aeropuerto de Heathrow, ha seguido dando satisfacciones a sus accionistas. De hecho, el Brexit impulsó el proyecto de ampliación que actualmente se estudia y que podría repercutir en mayores ingresos para Ferrovial.
Además, la empresa tomó la decisión de deshacerse de su división de servicios, en la que opera su filial británica Amey, lo que también ha reducido la exposición a Reino Unido. Desde el referéndum, Ferrovial ha incrementado su capitalización bursátil más de 8.200 millones de euros y se ha situado entre los diez mayores valores del Ibex-35.
En su conjunto, el selectivo del mercado español también ha salido a flote de la crisis derivada del Brexit. No solo ha logrado reponerse de aquel primer impacto sino que, además, cotiza cerca de un 10% por encima de los niveles que presentaba en las fechas previas a la celebración del referéndum.
Brexit, cronología de un divorcio / EUROPA PRESS