El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Canadell, ve frustrados sus planes de convertir la reivindicación de más inversiones en infraestructuras para Cataluña en el primer gran acto empresarial que preside. Las reticencias que despierta en el resto de patronales y organizaciones económicas del territorio por la politización que se espera del evento han propiciado que, finalmente, las más importantes marquen distancia con las pretensiones del equipo de Eines de País, surgido de la ANC.
La última en mostrar sus reparos en participar en el acto como "invitado de honor", según fuentes próximas a los independentistas que lideran la Cámara de Barcelona, ha sido el Círculo de Economía. El lobby encabezado por Javier Faus ha dejado claro que “no se presta a ser usado por nadie” para lanzar un mensaje independentista vestido de demanda empresarial.
Joan Canadell, presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona / EUROPA PRESS
Politización de los mensajes
Sí que está a favor de exigir al Estado mejoras destacadas en la partida de inversiones para mejorar las infraestructuras en Cataluña. El propio presidente del Círculo ha hecho demandas en este sentido y se trata de una exigencia reiterada del empresariado catalán. De hecho, ha sido una de las demandas históricas de la Cámara de Comercio de Barcelona ya durante el largo mandato del desaparecido Miquel Valls, pero se ha abierto una brecha que separa al equipo liderado por Canadell y el resto del tejido empresarial por la “politización” que se hace de la misma.
Ni el Círculo de Economía ni las dos principales patronales catalanas, Foment del Treball y Pimec, ven con buenos ojos que la inversión en infraestructuras se use como una arma arrojadiza contra el Gobierno de PSOE y Podemos (y contra ERC por facilitar la investidura), ni mucho menos como una cortina de humo para reclamar la independencia por la vía unilateral. Este es, precisamente, el camino que ha emprendido Eines de País.
Consulta sobre la DUI
Este mismo martes Canadell y la que será la presidenta de la Cámara de Comercio de Barcelona en poco más de un año, Mónica Roca, usaron el déficit endémico en planificación y ejecución de infraestructuras en Cataluña como escenario para presentar una nueva oleada de encuestas a los empresarios de la organización de dinamización empresarial de calado secesionista. La más destacada de todas ellas es una pregunta que hace referencia directa al apoyo a otra eventual declaración unilateral de independencia (DUI).
El equipo de la ANC usa este sistema de consultas para validar la tesis de que el empresariado catalán está de forma masiva a favor de la secesión. Canadell y Roca han asegurado en su comparecencia ante los medios que el 95% de los ejecutivos catalanes están en contra de que “los partidos catalanes” --es decir, ERC-- dieran su apoyo a Pedro Sánchez en la sesión de investidura.
Baja participación de las consultas
Lanzan este dardo contra los republicanos de nuevo con una participación extremadamente baja en la encuesta abierta. No llega a las 2.000 respuestas sobre un censo de 400.000 compañías sólo de la Cámara de Comercio de Barcelona. Todo ello, sin tener en cuenta que Eines de País abre las consultas a todas las sociedades y autónomos de Cataluña para intentar sumar más respuestas.
Además de la distancia cada vez más notoria con el resto del tejido económico y empresarial catalán, las constantes reivindicaciones políticas de Canadell y sus allegados también han creado discrepancias en el seno de la Cámara de Comercio de Barcelona. Mantienen la mayoría del plenario, pero con tensiones al mezclar sus reivindicaciones políticas con el trabajo cameral.
Apoyo de Puigdemont y Torra
Donde sí han conseguido un apoyo total y sin fisuras es por parte de los políticos más próximos al expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, allegado a Canadell. El propio presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha arropado en varias ocasiones al nuevo equipo de gobierno de la organización en sus actos de reivindicación político-económicos. Incluso estuvo presente cuando se dio a conocer el informe en el que se exigen más de 45.000 millones al Estado en infraestructuras.
La Cámara de Comercio de Barcelona se ha convertido en la única entidad empresarial con la que Torra se muestra cómodo y no tiene reparos en mostrarlo de forma pública. También ha sido la única que abraza sin medias tintas las tesis independentistas que defiende.