El negocio del reparto de comida a domicilio se encuentra en un aparente callejón sin salida. Crece en facturación, pero sin rentabilidad. Y, mientras tanto, va adquiriendo volumen. La falta de rentabilidad supone una amenaza para el futuro a corto y medio plazo del sector llamado delivery, que vislumbra un escenario en el que inversores y fondos corten el grifo de la financiación y se produzcan movimientos de concentración.
Esa es la conclusión a la que han llegado consultores, directivos y representantes patronales vinculados a la industria de la restauración reunidos este miércoles en Madrid con motivo del foro Eat2Go, en línea con los resultados de un estudio presentado en el mismo foro.
El beneficio está lejos
El informe, elaborado en base a la opinión de 42 expertos, revela que el principal reto de los operadores del sector --Just Eat, Deliveroo, Glovo, Ubereats-- es la búsqueda de beneficio, que por el momento está lejos.
La falta de sostenibilidad económica contrasta con el crecimiento de las ventas de este tipo de servicios de comida a domicilio, que en los últimos años aumentan a doble dígito: sólo en 2018 se calcula que en España subieron un 26%.
Consumidor sensible
Miembros del sector coinciden en que el consumidor es "extremadamente sensible" al coste que paga por que le envíen el pedido a domicilio, lo que ha derivado en una guerra de precios con continuas promociones y descuentos.
Hace falta que el cliente valore la "gran maquinaria" que hay detrás del reparto, además de abogar por que en vez de reducir ese coste se trabaje con los restaurantes para que acepten ofrecer precios más reducidos por sus platos para domicilio que en sus locales, por el ahorro de costes que se genera.
Al calor del delivery ya han surgido oportunidades de negocio como la creación de restaurantes virtuales, espacios que se alquilan a diferentes cadenas para que centralicen todos los pedidos de sus establecimientos en estas instalaciones.