El Tribunal Supremo ya ha mantenido esta semana el debate sobre la pulcritud en la creación de la empresa mixta que gestiona el agua en el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) durante el mandato de Xavier Trias. Quedan como mínimo dos meses para que la sentencia de lo Contencioso-Administrativo vea la luz, aunque dentro de la administración supramunicipal también se ha abierto una discusión sobre cuál debe ser la actuación futura de esta compañía. Todo ello, con las miradas sobre el PSC, ya que será el partido que tenga la llave para diseñar el nuevo modelo de gestión.
Hay un consenso bastante amplio en los grupos municipales de que los magistrados del alto tribunal difícilmente cambiarán de parecer respecto a los errores detectados en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC). Es decir, que se debía haber convocado un concurso público al crear la sociedad Aigües de Barcelona, Empresa Metropolitana de Gestión del Ciclo Integral del Agua (Abemcia). Por ahora, el único partido que tiene clara su opinión sobre qué hacer en el momento posterior de la publicación de la sentencia es Barcelona en Comú, la formación liderada por Ada Colau integrada en el grupo metropolitano En Comú Guanyem.
Obcecación de los comunes
Es el segundo grupo por número de representantes en el Consejo Metropolitano, pero a años luz de la fuerza que obtuvieron los socialistas catalanes en las unas el pasado mayo. La diferencia es de 16 a 43, ya que el grupo liderado por Antonio Balmón ocupa casi la mitad de las sillas del pleno de la institución supramunicipal. Está cerca de la mayoría absoluta, aunque el gobierno cuatripartito con los comunes, ERC y JxCat garantiza un mandato plácido. Casi en todo, menos en la cuestión del agua.
Colau ha hecho bandera de que su gobierno será el que aplique la gestión pública del servicio con Eloi Badia como concejal responsable de la materia tanto en el ayuntamiento como en la AMB. Ha destinado muchos recursos en el mandato pasado y en el que acaba de empezar en intentar justificar que se trata de la mejor opción para la ciudad e incluso intentó promover una multiconsulta cuyo principal foco era la municipalización del agua. Tuvo que retirar la pregunta in extremis en el pleno municipal de abril de 2018 en el que, igualmente, la oposición le tumbó por mayoría aplastante la propuesta.
Búsqueda de apoyos
Con todo, nunca ha tirado la toalla. Durante la campaña electoral puso de nuevo la multiconsulta sobre la mesa y sólo apartó sus intenciones tras cerrar el pacto de mandato con el socialista Jaume Collboni, consciente de que esta cuestión generaba fricciones entre los dos socios.
Con todo, los socialistas cedieron en la AMB para que Badia estuviera de nuevo al frente de la vicepresidencia de Medio Ambiente. Su estrategia para intentar erosionar a la gestora mixta va desde impugnar las cuentas de 2017 de la sociedad (sí firmó las de 2018) a anunciar una bajada récord del recibo de agua para 2020 ficticio, ya que él mismo ha incrementado los dos impuestos locales que se cobran con la factura. Según sus allegados, para el político la empresa privada que controla el 70% de la propiedad, Agbar, es un enemigo.
Balmón tiene la última palabra
Pero para batirlo deberá convencer a Balmón y, por ahora, no ha tenido demasiado éxito al respecto. El alcalde de Cornellà de Llobregat se ha mantenido hasta la fecha muy prudente sobre cuál debe ser el futuro del servicio, aunque desde su entorno se recuerda que no es precisamente un detractor de la colaboración público-privada.
Tiene por contado el respaldo del PSC en la decisión final que tome al respecto y se espera que lo consulte como mínimo con los pesos pesados de los alcaldes metropolitanos. Y aquí el partido de Colau ha perdido uno de sus grandes apoyos en el pasado mandato, la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlón. Fuentes del partido señalan que las políticas de los comunes de los últimos tiempos, incluida la de pactos municipales que se impulsó en abril, erosionaron la proximidad que habían mantenido.
Borràs (ERC) y Sierra (JxCat)
Con todo, no se espera que Balmón dé de forma pública ningún golpe sobre la mesa. Se señala que intentará buscar la mediación y que cuenta a su favor con un punto de partida muy parecido al del resto de socios en el gobierno metropolitano. Los republicanos liderados por Joan Borràs, alcalde de El Papiol, aseguran que aplicarán el “principio de prudencia” y que no tienen intención de abrir el debate en el partido antes de la publicación de la sentencia.
En cuanto a JxCat, el alcalde de Sant Climent de Llobregat, Isidre Sierra, seguirá el mismo camino, pero con un añadido. Y es que la sentencia del Supremo hace referencia a una decisión que tomó uno de los pesos pesados de su partido, Trias. Hecho que reconocen que deben tener en cuenta a la hora de abordar el problema.
Reto del mandato
El futuro del agua metropolitana es el gran reto del mandato. Llegar a acuerdos no será fácil en el seno del gobierno de la AMB, pero también se debe tener en cuenta que el resto de grupos supramunicipales con voz y voto en el Consejo son mayoría: PP, Cs y la plataforma de Manuel Valls. Y todos ellos ya han rechazado la intención de los comunes.
La sentencia del Supremo abrirá la caja de Pandora. Por ahora, ni Badia ni Colau tendrán el camino precisamente allanado para sacar adelante sus objetivos políticos con la gestión del agua metropolitana.