A algunos les suena porque futbolistas como Álvaro Morata, Sergio Busquets y Thiago Alcántara son accionistas de la empresa y algo han oído, pero hay un dulce “artesanal” típico en Madrid que lleva cerca de tres décadas causando furor en la capital e inmediaciones y, después, fuera de las lindes madrileñas. Al principio no tenía otro nombre que el de mini cruasán, pero los clientes lo bautizaron como Manolito y así se quedó, como su inspirador, Manolo, del que recogió el testigo su hijo, José Manuel Manzano Gómez, también Manolo para todo el mundo.

Hace casi 30 años que Manolo padre abrió una pastelería en la localidad de Colmenar Viejo, a unos 30 kilómetros de Madrid por la M-607 o carretera de Colmenar, que une Madrid con el Puerto de Navacerrada. Sus dulces típicos, los Manolitos, esos mini cruasanes, fueron un éxito hasta tal punto que la familia inauguró cuatro pastelerías más en Colmenar, que tiene 50.000 habitantes, y otra en la vecina localidad de Tres Cantos, de 47.000, que en 1991 se segregó de Colmenar y se convirtió en el último municipio madrileño, el número 179.

Pastelerías Manolo dio paso a la franquicia Manolo Bakes / MANOLO BAKES

Manolo Bakes

Actualmente la empresa se ha convertido en la franquicia Manolo Bakes y dispone de una decena de establecimientos franquiciados y de una veintena de tiendas propias por toda España, después de la apertura este mismo año de pastelerías en A Coruña, Cáceres y Zaragoza bajo el nombre de Pastelerías Manolo.

Por eso no eran pocos los que se planteaban algo que parece imposible: ¿cómo podía una pastelería tradicional de una localidad madrileña podía dar tan amplia cobertura a su producto estrella, el Manolito, del que se venden cerca de 2.000 kilos al día y no solo a su amplia clientela madrileña, sino a la de toda España? La respuesta es sencilla: los Manolitos tradicionales hace 25 años que no son bollos artesanos, sino bollería industrial. Además, no procede de Madrid, sino de Barcelona, aunque desde la empresa aseguran que al menos la mantequilla con la que se hacen es de Colmenar Viejo, municipio con una amplia tradición ganadera.

Demasiada demanda

Desde apenas cinco años después de comenzar a fabricarse de manera “artesanal”, como dicen los envases de los Manolitos, éstos dejaron de serlo. La demanda era tan alta que condujo a los responsables de la empresa madrileña a encargar su producción de manera industrial. ¿Dónde? En Sant Cugat del Vallès, Barcelona. Manolo padre creó la receta y, como era materialmente imposible atender todos los pedidos, encargó a la compañía catalana Europastry que los fabricara inspirados en su receta original.

Así, Europastry fabrica desde hace 25 años estos dulces típicos de Madrid de manera industrial y después los congela para distribuirlos. Los que se consumen en la capital se hornean en una nave de una localidad cercana, Mejorada del Campo, y después se les añade chocolate. Los que se consumen fuera de Madrid se hornean también a su llegada en el obrador disponible a tal efecto.

Uno de los establecimientos donde se venden Manolitos / MANOLO BAKES

Silencio

Los responsables de la empresa guardan silencio cuando se les pregunta si su bollería es industrial, pero es un hecho que incluso Manolo ha confesado en ocasiones y también la firma catalana Europastry. Quizá por ello, a Manolo le han prohibido en su empresa hablar públicamente sobre cómo se producen los Manolitos, que cuestan 28 euros/kilo.

Pastelerías Manolo (o Manolo Bakes) franquicia tiendas por 50.000 euros y la demanda de Manolitos no para de aumentar, al igual que su producción desde Cataluña. Por su parte, Europastry es “líder en masas congeladas”, se menciona en su web, lo cual ya delata a estos bollos. Fundada por la familia Gallés Gabarró, dispone de 22 plantas de producción y cuenta con más de 4.500 empleados. Hacen pan y todo tipo de artículos de bollería.

“100% frescos y naturales”

Si ya hace 25 años, la empresa madrileña de Manolo se veía desbordada y le llevó a encargar una producción industrial a gran escala, ahora esa demanda de mini cruasanes es muchísimo mayor y no para de aumentar.

Los Manolitos presumen de ser productos “100% frescos y naturales”, pero hace cinco lustros que no son dulces "artesanales" madrileños, sino bollería industrial catalana.