Ryanair vive un final de huelga sin cancelaciones

El 29 de septiembre es el último día en el que los pilotos y tripulantes de cabina (TCP) de Ryanair habían convocado huelga por el cierre de bases de la aerolínea en España. Y, sin embargo, esta medida de presión laboral no ha afectado al número de vuelos operados por la compañía en estas 24 horas. 

Los servicios mínimos decretados por el Ministerio de Fomento para estos paros ha provocado que la low cost de Irlanda no haya sufrido cancelaciones durante la jornada. Es más: durante los 11 días decretados de huelga entre los dos colectivos laborales solo se han cancelado 14 vuelos.

Medio millar de trabajos perdidos

Las convocatorias de los trabajadores respondían a la decisión de Ryanair de eliminar cuatro de sus bases en territorio nacional: Girona, Lanzarote, Tenerife Sur y Gran Canaria. Esta operación acabaría con más de 500 puestos de trabajo entre los pilotos y el personal de cabina. 

La aerolínea considera que su actividad en estos cuatro aeropuertos es "deficitaria" y achaca el cierre al retraso en las entregas de varias aeronaves Boeing 737 MAX, que esperaba tener disponibles este verano.

Servicios mínimos "abusivos"

Los sindicatos Sepla (de pilotos) y Sitcpla (TCP) hicieron constar desde el principio su desaprobación hacia los servicios mínimos decretados para las jornadas de huelga, que consideraron "abusivos". Fomento estableció el 100% de los servicios en vuelos no peninsulares, el 60% en los peninsulares e internacionales con desplazamiento igual o superior a cinco horas y el 35% en los vuelos peninsulares con tiempo de desplazamiento inferior a cinco horas.

El sindicato USO, en representación de los trabajadores de tripulación de cabina de Ryanair, ha asegurado que estos servicios mínimos han hecho que la plantilla terminara septiembre "con más horas de vuelo o guardia que cualquier otro mes de trabajo", a pesar de la huelga. Por su parte, la compañía catalogó estos paros de "injustificados" y "lamentables", y mostró su "disposición" a volver a la negociación con los sindicatos que, por su parte, han criticado la "actitud mafiosa" de la empresa con sus trabajadores ante el derecho de huelga.