La sede de Trablisa en Barcelona, atacada. Individuos desconocidos han arremetido contra la oficina del grupo mallorquín de seguridad en la ciudad condal. Lo han hecho armados con esprays y en plena huelga de los vigilantes de seguridad del aeropuerto de El Prat. En referencia a este paro indefinido han pintado eslóganes como Servicios mínimos de mierda, viva la huelga. También han causado desperfectos en el timbre de acceso.
Fuentes cercanas a la protesta han alertado del acto de vandalismo. Han subrayado que el ataque contra la sede de la empresa concesionaria del servicio de arcos detectores y auxiliares en el aeropuerto barcelonés se produce en plenas dificultades para levantar el paro indefinido, que hasta ahora apenas ha provocado colas en los filtros de pasajeros. Ello es así, entre otros, por los rocosos servicios mínimos del 90%, que estrangulan la movilización. Asimismo, la Guardia Civil, responsable de la seguridad en el segundo mayor aeropuerto español, está colaborando para que el filtraje de viajeros sea fluido, algo que ha indignado a los huelguistas, que amagan con denunciar al instituto armado.
Acciones legales
En un carril paralelo, el comité de huelga del aeropuerto de El Prat trató ayer de interponer una denuncia administrativa ante Inspección de Trabajo. Los huelguistas alegaban que Trablisa esconde información del paro. Citaron el número de trabajadores que está siguiendo la protesta y los que participan en los servicios mínimos. El fiscalizador del empleo, no obstante, rechazó admitir el escrito a trámite. Los vigilantes acusaron a Inspección de "echar balones fuera".
Tras el revés, los empleados de la firma de seguridad anunciaron que explorarían la vía legal para resarcir sus derechos laborales que, aseguran, están amenazados. Esta senda será sin embargo tortuoso, habida cuenta de los dilatados plazos de respuesta --de hasta un año-- de la jurisdicción social. En el mismo sentido, el comité se enfrenta a otro obstáculo: agosto es un mes inhábil en los juzgados barceloneses.
Quinto día de protesta
Con este callejón sin salida, la huelga de los vigilantes de El Prat entra hoy martes en su quinto día con apenas repercusión. Desde que arrancara la protesta indefinida el viernes, 9 de agosto, las colas en los filtros del aeropuerto de Barcelona han alcanzado apenas los 30 minutos, y solo durante un periodo corto de tiempo. La poca incidencia del paro ha permitido que la intensa operativa del hub catalán en verano no se viera afectada.
En este sentido, Aena, el gestor aeroportuario, informó ayer lunes de que la instalación rebasó el umbral de los 30 millones de viajeros en julio, un ligero crecimiento respecto a los mismos siete meses de 2018. Buena parte del tirón de El Prat lo aportó el tráfico internacional, que llegó a los 22 millones el mes precedente, con un avance interanual superior al 5%.