El empresariado catalán ha completado esta semana otro proceso electoral en una de sus instituciones de cabecera, la Cámara de Comercio de Barcelona. La votación de las seis sillas destinadas a las patronales ha confirmado la apuesta que han hecho los independentistas de la organización de dinamización empresarial por los candidatos de Pimec.
La patronal de pymes dirigida por Josep González ha conseguido de este modo superar en parte los malos resultados que consiguió por votación directa. La lista encabezada por José María Torres, que se presentó de la mano del candidato aupado por la patronal nacionalista Femcat, Enric Crous, obtuvo unos apoyos mucho más discretos de los esperados por su presencia en el sector de las pequeñas empresas y los autónomos. Ahora, ha conseguido repescar al directivo de Numintec para el pleno de la organización junto a Emilio Rosaud, Martina Font y Anna de Quirós.
Foment del Treball
La insistencia de González y sus allegados de presentar una candidatura patronal con Torres en ella, que también peleaba (sin conseguirlo) por una silla de elección directa, dinamitó el posible acuerdo con Foment del Treball antes incluso del inicio de las elecciones. La patronal encabezada por Josep Sánchez Llibre decidió mantenerse al margen de unos comicios controvertidos. Su lista era la que partía con desventaja por la demonización de la gran empresa que hicieron durante la campaña y han mantenido después de ganar los responsables de ANC-Eines de País.
Con todo, en los dos encuentros que el presidente in pectore de la Cámara, Joan Canadell, y otros representantes independentistas han mantenido con los responsables de Foment habían avanzado en retos empresariales de Cataluña, como la internacionalización o la demanda de infraestructuras clave. El acuerdo fue imposible, porque los secesionistas plantearon como moneda de cambio su apoyo al próximo comité ejecutivo que se elija en el pleno que tendrá lugar el 17 de julio, un órgano directivo que sólo incluirá a empresarios que provienen de la ANC y del Cercle Català de Negocis. Finalmente, la gran patronal catalana estará representada por Jaume Roures y Anna Cornadó.
Cámara ‘anti’ grandes empresas
Finalmente, los independentistas han mantenido su apuesta de promover a representantes patronales que vengan del tejido pyme y que se sientan más próximos al nacionalismo. Con algunas excepciones, ya que ni el propio Torres ni Rosaud estarían demasiado alineados con las tesis políticas que defienden desde Eines de País, tal y como advierten fuentes de la organización empresarial.
La Cámara de Comercio de Barcelona avanza hacia su conversión en otro altavoz de las tesis secesionistas, tal y como ya ha avanzado Canadell con sus primeros anuncios en materia de programa de gobierno, y que será poco favorable a las grandes empresas. La ANC contará aquí con el apoyo del Gobierno de la Generalitat, ya que la consejera de empresa, Àngels Chacón (JxCat), aseguró que una vez completado el proceso empezarán a dar forma a la próxima ley catalana del sector que eliminará a la “mínima expresión” la presencia de grandes corporaciones en el plenario por aportaciones económicas.
Menos votos
Este anuncio provocó un profundo malestar entre las compañías de este perfil. De hecho, la controversia que ha marcado los comicios también ha estado presente en las votaciones patronales, ya que sólo 45 de los 54 empresarios que tenían derecho a intervenir en el proceso han elegido a sus representantes.
Ni siquiera ha participado otro de los candidatos a la presidencia que obtuvo unos resultados modestos en el proceso de elección directa, el empresario Carles Tusquets. Igual que otras grandes corporaciones y algunos de los independentistas que han conseguido una silla y han pasado de la última parte de los comicios.
Valls se despide
El independentismo ha consumado su entrada en una Cámara de Comercio de Barcelona donde el equipo que ha estado al frente de la organización empresarial ha plegado velas. Entre ellos, su histórico líder de los últimos 19 años. Miquel Valls formalizará en una semana su despedida de un cargo que ocupó por primera vez en 2002.
La continuidad del resto de personal se verá tras el desembarco de los nuevos directivos. Por ahora, se ha propiciado un traspaso de poderes tranquilo en el que ambas partes aseguran que ha habido buena sintonía y en el que se proseguirá con el día a día habitual en la organización.