Autocrítica y exigencia. Foment del Treball y el Círculo de Economía se han comprometido a ser los dos principales organismos económicos que impulsen la economía catalana, adaptándose a una nueva situación que ya no será la misma que la vivida en los últimos decenios. Así lo han constatado Josep Sánchez Llibre y Xavier Faus en las jornadas económicas de Sitges, organizadas por el Círculo de Economía.
Con determinación, Josep Sánchez Llibre, el presidente de Foment, ha pedido al Govern de la Generalitat que formalice una declaración “inequívoca” de respeto al ordenamiento jurídico vigente para que las empresas que se marcharon tras los hechos de octubre de 2017 vuelvan a Cataluña. En la misma línea, con un mensaje optimista, Xavier Faus, favorito para ser el nuevo presidente del Círculo de Economía, --hay elecciones el 24 de julio-- pidió que las empresas ganen más tamaño para poder competir, dejando a un lado “decisiones unilaterales”.
Madrid no va contra Cataluña
La idea de los dos empresarios es que Cataluña debe creer en sí misma, sin pensar que hay otros que establecen una estrategia para perjudicarla. “Hay un proceso en todo el mundo que pasa por concentrar recursos, y ha pasado en España, pero también en el Reino Unido o en Italia. En Madrid ha ocurrido, y no ha sido contra Cataluña, ha sido contra otras comunidades, como las Castillas, lo que ha dado pie a la España vaciada”, ha señalado Faus.
El mensaje se ha reiterado. Lo que falta es determinación y compromiso del poder económico, pero también del político, para que se den unas nuevas condiciones que permitan, por ejemplo, el regreso de las grandes empresas que se fueron con el proceso independentista. Sánchez Llibre ha insistido en ello. Asegura que lo ha hablado con el Gobierno catalán, y con las propias empresas, y que está en el frontispicio de Foment del Treball, desde que él fue elegido presidente.
Competir en campo abierto
Sánchez Llibre y Xavier Faus se ven la tesitura de defender a las grandes empresas, al tejido empresarial, después de lo ocurrido en la Cámara de Comercio. Pero lo que han defendido en Sitges no ha sido una especie de dique frente a una supuesta ola independentista. Para Faus, “las pequeñas y medianas empresas están muy bien y aquí no sobra nadie, absolutamente nadie, pero tampoco las grandes empresas, de las que no vamos sobrados”.
Faus ha mostrado un mapa económico en el mundo en el que las segundas áreas económicas de cada país, en la que está Cataluña, tienen un peso mucho menor que la comunidad catalana. El área de Manchester, en el Reino Unido, es el 5% del PIB; o Roma, respecto al conjunto de Italia, que representa el 11%. Son Londres, Îlle de France, o el norte de Italia las primeras zonas, las que llegan hasta el 32% del PIB de sus respectivos países, mientras que en España, los dos motores son Catalunya y Madrid, con un 19% del PIB. ¿Cuál es el problema? Que Madrid ha pasado en las últimas décadas de representar el 9% al 19%, mientras que Cataluña ha mantenido ese peso.
Pérdida de productividad
El problema de la economía catalana es que pierde productividad, como mostró el último informe del Ctesc, de la Generalitat, y que ha mencionado Faus, quien ha destacado que su fondo de inversión, Meridia, no cambió de sede y no se fue a Madrid, e informó convenientemente a sus inversores de su decisión.
La posición es clara: mejora de la productividad, defensa del tejido empresarial, exigencia al Gobierno de la Generalitat, autocrítica por una sensación de “derrota”, que no se justifica, según Faus, y convencimiento de que se debe trabajar en tres frentes para superar el bloqueo político e institucional, con el Gobierno español, con la Generalitat y con las propias empresas.
No cerrar los ojos
¿Una última petición? La ha realizado Faus, al señalar que una ciudad como Barcelona no puede cerrar los ojos ante una realidad como la de Uber o Cabify; que se debe potenciar el inglés “para toda la población”, y que debe primar la autoestima: “He visto que muchas empresas contratan servicios de fuera, cuando aquí hay excelentes profesionales, y me parece grave. Creo que necesitamos más autoestima. Depende de nosotros”.
Las dos organismos económicos, la gran patronal de Foment y el lobby empresarial que ha representado siempre el Círculo de Economía, han dado un golpe en la mesa para buscar una reacción económica.