El Circuit de Cataluña plantea medidas para garantizar su viabilidad a los accionistas

El Circuit de Barcelona-Cataluña se prepara por lo que pueda pasar en la próxima temporada. Que a estas alturas aún no se haya cerrado el pacto con Chase Carey, el consejero delegado y jefe de la Fórmula 1 (Liberty Media), para acoger carreras a partir de 2020 propicia que la dirección haya movido ficha en la junta de accionistas que se celebrará en tres semanas, y a la que sucederá una convocatoria extraordinaria.

El silencio de la cúpula encabezada por Vicenç Aguilera al respecto es total. Con todo, se han avanzado algunos detalles, como que los accionistas deberán pronunciarse sobre las “medidas adecuadas para garantizar el equilibrio patrimonial” de la gestora de la infraestructura y cumplir con las “obligaciones de la sociedad”. Hecho que hace prever una reducción del capital social para reconocer las sucesivas pérdidas de la compañía en los últimos años.

Canon del Circuit

Toda la atención está puesta en el compromiso que ha asumido el presidente del Circuit de explicar el alcance de las “conversaciones tendentes a la negociación de un eventual nuevo contrato” que aún se mantienen. Cabe recordar que el canon actual que abona la sociedad para acoger un Gran Premio de F1 es de 24 millones de euros, por lo que se debería superar esta cantidad a partir de la próxima temporada.

El problema es que las oportunidades que se habían identificado de incrementar los ingresos por publicidad, patrocinio e incluso con la apertura de las instalaciones para acoger torneos de e-games más allá de las carreras internacionales para cuadrar las cuentas no se han podido llevar a cabo. Aguilera las puso sobre la mesa de los accionistas la temporada pasada, pero no ha existido tiempo material de ponerlas en práctica, no se consigue rubricar el acuerdo definitivo con Carey y el Gobierno catalán ha tenido que salir de nuevo al rescate del Circuit.

Compromiso de los socios

La Generalitat aprobó a principios de enero una autorización extraordinaria para que la sociedad gestora pueda llevar a cabo operaciones de endeudamiento por un importe máximo de 42 millones de euros. Incluyen la concesión de avales y servirían para organizar el Gran Premio de Cataluña de F1 en 2019 y 2020, tal y como explicó el presidente catalán, Quim Torra, en la resolución que los concedía. Pero no está claro que se organice la carrera en Montmeló la próxima temporada.

Este movimiento económico siguió al de junio de 2018, cuando el Gobierno inyectó directamente 4,5 millones de euros para tapar las abultadas pérdidas que arrastra año tras año a través de Avançsa.

Quién paga el canon

El principal lastre para amarrar la F1 en Cataluña son, precisamente, los accionistas del Circuit y la falta de acuerdos para repartirse el coste del canon. De los 24 millones actuales, la Generalitat aporta 7,5 millones y el Ayuntamiento de Barcelona los 1,5 millones restantes. Este desequilibrio en la aportación tiene su origen en que el Gobierno de Ada Colau revisó a la baja la aportación a la pista deportiva al inicio del mandato al asegurar que tenía un retorno limitado a la ciudad.

La cada vez menor afluencia de espectadores a las carreras da alas a esta apreciación y ha propiciado que incluso la consejera de Empresa y Conocimiento, Àngels Chacón (JxCat), afirmase de que se debe apoyar el Circuit de Barcelona-Cataluña “pero no a cualquier precio”. De hecho, otro de los elementos que se abordarán en la junta extraordinaria es la “discusión de los términos de un nuevo pacto entre los actuales socios de la sociedad”.

Fuentes cercanas a Aguilera señalan que ha negociado con Liberty Media con las manos atadas. Con todo, dejan claro que mantienen el optimismo hasta la última hora para evitar que Cataluña pierda la competición internacional.