Hipocresía turística. El Gremio de Hoteleros de Barcelona (GHB) será el cicerone la próxima semana de unas jornadas contra el alquiler vacacional de plataformas como Airbnb o Homeaway en la Ciudad Condal. El evento espera "poner sentido común" a la regulación del alquiler vacacional. No obstante, soslayará una de las cuestiones clave: sus directivos y socios hacen negocio con estas plataformas.
ReformBnB se vende como el espacio para promover "una regulación justa para el alquiler vacacional de corta estancia". Con sede en el Novotel Barcelona City, la cumbre será la continuación de un evento anterior que tuvo lugar en Nueva York en noviembre de 2018. Tras aquel encuentro, hoteleros de las ciudades más importantes del globo firmaron un duro manifiesto contra las intermediarias vacacionales. La necesidad de debatir "legislación de sentido común" para estas plataformas se transformó, negro sobre blanco, en la petición de más multas y más inspecciones en los alojamientos listados por portales web como Airbnb. "Allí donde fuera que opere esta plataforma, ésta crea problemas", llegó a decir Manel Casals, director general del Gremio de Hoteles.
La cúpula del Gremio se anuncia en Airbnb
Esta posición tan hostil contra las puntocom turísticas no se corresponde con la propia actividad de los socios de la patronal de alojamiento vacacional de Barcelona. Socios del Gremio de Hoteles como Axel Hotels, Alma Hotels o Yurbban utilizan Airbnb como canal de venta complementario a sus propias páginas web y agencias de viaje on line (OTA, por sus siglas en inglés). Lo que es más: miembros de la junta rectora de la organización empresarial como Pau Guardans, vocal del Gremio y escudero del presidente Jordi Clos, comercializa habitaciones de su cinco estrellas Grand Hotel Central en Airbnb.
Imagen del Grand Hotel Central, propiedad de Pau Guardans, miembro de la junta del Gremio de Hoteles, en Airbnb / CG
No obstante, Guardans tiene una fácil defensa: muchos otros socios de la patronal también lo hacen. Es el caso de los citados Juan Juliá, de Axel Hotels; Joaquín Ausejo, de Alma Hotels o de Raul Sogorb, Josep Oriol Serra y Manuel Grau, de Yurbban; pero también de la familia Matutes (OD Hotels); Santiago Hernández y Jairo Mayolas (Princess Hotels & Resorts) o la cadena Vincci al completo. Algunos de ellos lo hacen abiertamente, como la firma heterofriendly Axel o el hotel Alma, pero otros como la Casa Bonay son hoteles más tímidos y no se atreven a descubrir su condición de huéspedes profesionales hasta que el viajero se sumerge en sus anuncios.
Precios al alza
Sea cual fuere la (poca) coherencia del Gremio de Hoteles de Barcelona, hay otros elementos que difícilmente se debatirán en ReformBnB, la conferencia-cónclave que reunirá a hoteleros y vecinos la próxima semana en Barcelona para analizar los males de los intermediarios vacacionales rivales. Los que sí saldrán, a tenor de las conclusiones de la primera cimera en Nueva York, serán el supuesto coste social muy elevado para los ciudadanos, el perjuicio sobre el acceso a la vivienda y la expulsión de los vecinos de los barrios más turísticos y la pérdida de esencia de estas zonas".
Los temas que difícilmente se pondrán sobre el tapete son, por ejemplo, la necesidad de oferta flotante de alojamiento en Barcelona para albergar a los congresistas de grandes eventos como el Mobile World Congress (MWC). Durante esta feria, algunos de los hoteles participantes en la conferencia ReformBnB, como las cadenas Catalonia, NH Hotel Group, Negresco o Eurostars (Hotusa) incrementaron precios del orden de un 622%; 826%; 534% o 1844%. Llegaron a vender habitaciones a los directivos del Mobile por cifras que alcanzaron los 1.925 euros por noche.
Airbnb y hoteles, alianza inevitable
Cualquiera que fueran las tretas de los hoteleros durante la feria del móvil de Barcelona el pasado mes de febrero, lo cierto es que los alojamientos clásicos y Airbnb presentan tendencias a la convergencia. Es ejemplo de ello el hecho de que el 12% de clientes de hoteles reservaron también en la puntocom en 2018. Esta cifra era apenas del 1% en 2013. La tendencia funciona también al revés: el 90% de huéspedes que reservan con esta plataforma vacacional vuelve a utilizar Airbnb en viajes posteriores, esta vez para asegurar sus noches en alojamientos turísticos no profesionales.
En el campo de la oferta, puntocom y hoteles también están hallando sinergias pese a la supuesta hostilidad pública dedican los segundos a la primera. El pasado año, el número de habitaciones disponibles en Airbnb y que estaban vinculadas a hoteles boutique, bed and breakfast y hostels se incrementaron un 152%. Recientemente, la tecnológica adquirió la plataforma Hotel Tonight, que ayuda a los huéspedes a reservar alojamientos con encanto e independientes.