Sigue la ‘guerra’: de la bodega Pesquera ya no queda ni el nombre
Alejandro Fernández, el octogenario patriarca del grupo vitivinícola, se aferra a los tribunales para lograr que se reparta el negocio entre los dos bandos familiares enfrentados
6 abril, 2019 18:19La batalla continúa en el seno de la ya extinta bodega Pesquera. El patriarca Alejandro Fernández, desplazado de la gestión hace dos años tras separarse de su mujer Esperanza Rivera y ver cómo tres de sus cuatro hijas hacían piña con su madre, comentaba hace unos días su intención de recuperar su puesto en la bodega, con la esperanza de salir airoso del litigio en el que la familia anda inmersa.
Pero lo cierto es que de “su bodega” ya no queda ni el nombre. El Grupo Pesquera ya es historia. A partir de ahora, pasa a denominarse Familia Fernández Rivera. Ese ‘Fernández’ es lo único que quedará del fundador de la bodega vallisoletana.
El fundador, apartado por su exmujer e hijas
Así lo han querido su todavía esposa y tres de sus hijas --la cuarta, Eva, optaba por continuar al lado de su padre en el conflicto familiar abierto--, que hicieron valer su mayoritaria participación en el grupo vitivinícola para apartar de la gestión al octogenario fundador, que puso hace 40 años el nombre de su lugar de nacimiento, Pesquera del Duero, a una bodega que ha llevado sus afamados caldos a todos los rincones del mundo.
El grupo, con una plantilla de más de 120 empleados, cerró su último ejercicio fiscal con unas ventas de 20 millones, gracias a esa presencia de sus productos en más de 70 países.
Cambio de denominación y de identidad corporativa
Precisamente, para ahondar más en esa expansión, las cuatro mujeres que ahora dirigen el grupo bodeguero han optado por dar un cambio radical, con nueva denominación y nueva identidad corporativa.
"Buscamos proyectar la marca hacia una dimensión más actual. Es nuestra manera de conectar con los nuevos clientes, más vanguardistas y exigentes y de estar en los mercados actuales, que son cada vez más competitivos", explicaba Lucía Fernández, directora general del grupo bodeguero.
"Pesquera ya no reflejaba nuestra grandeza"
Nueva etapa que la hija que se hacía cargo de la gestión tras apartar a su padre no tenía reparo alguno en justificar señalando que "Pesquera ya no reflejaba nuestra grandeza. Su nombre estaba estrictamente ligado a un vino e invisibilizaba al resto de nuestras bodegas”, comentaba.
A partir de ahora, Familia Fernández Rivera busca consolidarse como una empresa en la que cada unidad de negocio adquiere personalidad y protagonismo propios. Así, las bodegas Tinto Pesquera, Condado de Haza, Dehesa de la Granja y El Vínculo, y el Hotel AF Pesquera conforman la estructura de un grupo que trabaja para ser referente en el sector enológico español e internacional.
"No airear los trapos sucios"
Como no podía ser de otra manera, la presencia de la directora general ante los medios para presentar el cambio del grupo fue aprovechado para recabar su opinión sobre el conflicto judicial y familiar en el que se encuentra inmerso la bodega de Ribera del Duero.
Aunque tanto ella como su madre y dos de sus hermanas se mostraban incómodas con esta cuestión, con un parco comentario a su preferencia de “no airear los trapos sucios", y ni dudaba en reiterar su "máximo respeto, cariño y admiración" por su padre, lo cierto es que el conflicto sigue muy vivo en los tribunales.
Denuncia de la Fiscalía
Hace unos días, sin ir más lejos, la Fiscalía Provincial de Valladolid presentaba una denuncia ante los Juzgados de Instrucción contra la ex mujer y una hija del fundador del Grupo Pesquera, Alejandro Fernández, por presuntos delitos de falsedad en documento mercantil y público, administración desleal y de tipo societario, en relación a una operación que perpetraron en tanto maniobraban para echarle de la administración de las bodegas.
La brecha del conflicto se iniciaba en 2017, cuando, a instancias de Olga --una de las hijas de Alejandro Fernández-- y en contra del criterio del patriarca, el grupo nombraba gerente a Clemente Rueda, un antiguo asesor fiscal.
Consejos convulsos
Aunque Rueda fue nombrado por un año, ni Alejandro ni su hija Eva aguantaron mucho tiempo la deriva que estaba tomando la gestión de la bodega con el nuevo gerente, y así lo hicieron ver en cada uno de los consejos de administración que se celebraban.
Al final todo estalló, y padre e hija fueron apartados al hacer valer su todavía esposa y sus otras tres hijas el porcentaje mayoritario de control en el grupo.
El divorcio, vía para la partición del patrimonio
Ahora, está por ver en qué queda todo este embrollo. Aunque tanto el fundador como su hija Eva han intentado llegar a un acuerdo, de manera que pudiera acometerse una partición del negocio, las mujeres que ostentan la mayoría se han opuesto en redondo.
Al final, la sentencia de divorcio entre Alejandro y Esperanza, si antes no hay un acuerdo, sería la solución para definitivamente abordar ese reparto que el patriarca desea con ahínco. Cada uno con lo suyo y ‘aquí paz y después gloria’.