El fondo buitre JC Flowers prepara su salida de Andorra tres años después de quedarse con los restos de BPA, convertida en Vall Banc tras su intervención pública y ordenación. La entidad estadounidense cumplirá con la promesa no escrita de quedarse al frente de la entidad hasta las elecciones en el Principado, indican fuentes financieras del país vecino, pero la proximidad del 7 de abril ha propiciado que se empiece a trabajar en la operación.
Las 27.278 personas con derecho a voto están llamadas a las urnas en el primer domingo del próximo mes, momento en el que expirará el mandato de Antoni Martí (Demòcrates Andorra, DA). El aún presidente fue el artífice del proceso de intervención de la entidad que era propiedad de la familia Cierco. Su Ejecutivo intentó que algún banco del Principado se hiciese con el control de Vall Banc en 2016 para cumplir con la reestructuración que había diseñado a través de la Agencia Estatal de Resolución de Entidades Bancarias (AREB), pero la difícil situación que vivía y en la que aún está inmersa el sector financiero andorrano hizo imposible que formalizasen una integración compleja.
Solución de urgencia y cara
La “solución de urgencia”, tal y como indican los mismos interlocutores, fue recurrir al grupo oportunista que intentaba cerrar sin éxito una operación en la Península. Había pujado por CAM, Banca Cívica, Novacaixagalicia (NCG), Unnim y CatalunyaCaixa tras sus respectivas fallidas, aunque el Banco de España rechazó en su momento todas las ofertas que había presentado porque se negaba a asumir el riesgo financiero de las adquisiciones.
¿Hizo lo propio en Andorra? Ni el Gobierno de Martí de forma directa ni AREB han sido demasiado transparentes en ofrecer detalles sobre las facilidades que se ofrecieron a los estadounidenses, pero quedarse con Vall Banc no ha sido un negocio precisamente deficitario.
Beneficios de JC Flowers
De entrada, en el país vecino aún colea el escándalo de los COCO’s, las obligaciones que se emitieron por Vall Banc para facilitar el traspaso de activos desde BPA tras su creación. La entidad intervenida pagó 70 millones de euros para facilitar la operación, que se ejecutó cuando AREB era aún propietaria de ambos grupos financieros. Se ha demostrado a posteriori que el valor real de los activos que cambiaron de propietario alcanzaba los 96 millones y que el del papel se quedó tan sólo en 15 millones.
JC Flowers ni tan siquiera llegó a esta cantidad en la adquisición ya que abonó casi 13 millones por los COCO’s, hecho que le generó 57 millones sin contrapartida.
Condonación de la AREB
Además, el fondo buitre pagó tan sólo 29 millones por Vall Banc en abril de 2016, una cifra que ya en ese momento se consideró muy baja si se tenía en cuenta que se hacía con el control de una cartera de 27.000 clientes y con 3.500 millones de negocio. Tampoco llegó a abonarlos por completo. La operación inicial incluía siete millones que se tenían que abonar de forma fija a la AREB, pero se condonaron 3,2 millones a los estadounidenses por el bloqueo de la renta variable de BPA en Suiza.
Ambos movimientos propiciaron más de 60 millones de beneficios a los inversores oportunistas más allá de su negocio bancario tradicional, que no ha sido especialmente brillante. El último informe anual de la Asociación Andorrana de Banca (ABA) mostraba que los beneficios de 2017 de la entidad se situaron en los 8,3 millones, el 50,7% menos que el ejercicio precedente.
Incidencia en las operaciones
JC Flowers ha dado por concluido el ciclo inversor en Andorra e intenta sacar rédito con el negocio de banca privada, la cartera de clientes e incluso con la sede central de Vall Banc que se acaba de reformar. Aunque se han iniciado conversaciones en el Principado, donde existen interesados en hacerse con los restos de Vall Banc, se ha intentado una discreción máxima en los escasos 15 días que quedan para los comicios.
El proceso de intervención y la posterior venta de BPA no dejan en demasiado buen lugar ni a Martí ni a DA, ya que dinamita la imagen que intentan proyectar de que se trata de un partido de buenos gestores comprometido con la economía del Principado. Xavier Espot, el actual ministro de Asuntos Sociales, Justicia e Interior, que es el cabeza de lista por los Demòcrates, intenta por todos los medios distanciarse de esta herencia, aunque en el Principado aseguran que es muy difícil y que le pasará factura.
Hay otras seis candidaturas que pelearán por el Ejecutivo. Los Liberales liderados por Jordi Gallardo; los Socialdemócratas, cuyo cabeza de lista es Pere López; Progresistas-SDP, que presentan como candidato a Jordi Gallardo; Terceravia, de Josep Pintat; Andorra Sobirana de Eusebi Nomen y Units pel Progrés d’Andorra, encabezado por Alfons Clavera.