Alberto Tito Álvarez, el rey del taxi en España, deja de conducir. El líder del colectivo de conductores Élite Taxi se baja de su vehículo para emprender otro proyecto: convertir al sindicato en un lobi paneuropeo de presión, con presencia en Londres (Reino Unido) y Bruselas (Bélgica).
El propio Álvarez lo ha anunciado en un vídeo difundido hoy con el escueto epígrafe de Cambios en Élite. En la grabación, el conductor ha señalado que "este jueves dejo el taxi como asalariado para dedicarme a tiempo completo este proyecto". La iniciativa no es otra que Proyecto Bruselas, el grupo de presión paneuropeo que defenderá los intereses del sector. "Si sale bien, cojonudo para todos. Si sale mal, volveré la taxi", ha admitido el conductor, que ha bromeado con que "voy a tener que aprender a francés e inglés".
"No es un sillón"
Ha defendido el empleado, que saltó a la fama por encabezar el grupo de conductores que logró un dictamen favorable y contrario a Uber en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en 2017 y echar a la misma firma y a Cabify de Barcelona en 2019, que su nuevo puesto como lobista "no es un sillón". "He tenido ofertas muy serias para presentarme para el Ayuntamiento de Barcelona. He tenido ofertas para el Parlament, e incluso de eurodiputado y podría haberme presentado incluso a las elecciones estatales", ha señalado. "Le he dado muchas vueltas y quiero quedarme en el taxi", ha agregado Tito.
En relación a su designación como cabecilla del proyecto de defensa del taxi, ha aclarado el activista que "es un proyecto que necesita gente comprometida". Solo él en la junta de Élite Taxi "puede hacer el sacrificio" de asumir el reto, pues "habrá que dedicarle mucho tiempo y viajar mucho".
Una denuncia y dos huelgas
El adiós de Alberto Tito Álvarez del taxi español, al menos en la calle, supone un hito para el sector. Además de ganar la sentencia de Luxemburgo a Uber, fue este activista el que lideró a Élite Taxi a ser el sindicato más votado en la Taula Tècnica del Taxi (TTT) de Barcelona en 2016, dando un vuelco en el sector. Desde la Ciudad Condal, los conductores nacionales iniciaron una guerra fraticida contra las plataformas de alternativas de transporte. La guerra, de largo alcance, se concretó en dos huelgas indefinidas en julio de 2018 y enero de 2019 que acabaron con la aprobación por parte del Gobierno de un Real decreto-ley que limita los vehículos de alquiler con conductor (VTC) y que, en Cataluña, se transformó en un decreto de medidas urgentes que expulsó temporalmente a Uber y Cabify. Solo esta última aplicación ha vuelto, aunque con condiciones.
Durante la senda recorrida por Álvarez no han faltado los polémicos episodios, como su dimisión al frente del comité de huelga de la última protesta, un comentario homófobo contra el Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, su acercamiento al independentismo en los últimos tiempos y la cobertura de los episodios de violencia contra VTC que se produjeron durante las protestas de los taxistas