IBM retira la estelada del vídeo del MWC y asegura cumplir con la Constitución

Después de 'colar' una estelada en su vídeo promocional para el Mobile World Congress (MWC), la informática IBM pide disculpas. La compañía asegura que se trató de un “error” que cometió al subir “una versión incorrecta” y ha colgado una nueva versión en la que omite el fragmento en el que aparecía la bandera independentista.

En el vídeo, de treinta segundos de duración, se usaba la imagen de una estelada para dar paso a la promoción del congreso que se celebra en Barcelona entre el 25 y el 28 de febrero. No obstante, ante las críticas de numerosos usuarios en redes sociales, la compañía norteamericana ha tenido que salir al paso para lamentar su “error” y asegurar que cumple “plenamente” con la legalidad española.

PP y CS, indignados

“Por error se subió a YouTube una versión incorrecta de un vídeo promocional del MWC. Tan pronto se detectó el fallo, lo corregimos y subimos la versión correcta. Pedimos disculpas por el error. IBM cumple plenamente con las leyes españolas y la Constitución”, manifiesta la empresa.

Más allá de la indignación de los usuarios en redes, la clase política también pedía cuentas a la tecnológica. El candidato a la alcaldía de Barcelona por el PP, Josep Bou, remitió una carta a la presidenta de IBM España, Marta Martínez Alonso, en la que expresaba la “negativa” sorpresa de encontrar una estelada, que “simboliza a quienes quieren destruir la democracia española y levantar una frontera entre españoles”.

También lamentaba el error el diputado de Ciudadanos Toni Cantó, que criticaba en Twitter que no se incluyera “ni una bandera española, ni siquiera la senyera”, y pedía a IBM la retirada del anuncio. Así, tras la rectificación de la compañía, el político ha mostrado su agradecimiento: Gracias por corregir el error y modificar el vídeo.

Investigada por el 'procés'

IBM ya ha sido relacionada con el procés con anterioridad. La multinacional ha sido investigada por la Guardia Civil por desarrollar el software de la llamada Hacienda catalana, que pretendía recaudar impuestos estatales.

Para este fin, la Generalitat pagó a la compañía estadounidense 750.000 euros por la creación del programa destinado a sustituir a la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT).