Objetivo: tomar el control de la Cámara de Comercio de Barcelona. El independentismo se ha empleado a fondo para culminar con éxito este reto en las elecciones de mayo. Enric Crous ha conseguido cerrar un acuerdo con Pimec que le garantizará contar con perfiles que no estén tan politizados para los 40 ejecutivos de los epígrafes que se elegirán de forma directa y con los seis candidatos designados por su presidente, Josep González, en el apartado patronal (la batalla con Foment del Treball elude cualquier acuerdo para el reparto). Ahora, ha activado una operación patriótica para copar el máximo de sillas posibles de las 14 plazas reservadas a las empresas que realizan mayores aportaciones económicas.
Intentará emular la compra de la aerolínea Spanair a la escandinava SAS en 2009. La movilización que propició que empresas catalanas invirtiesen en Iniciatives Empresarials Aeronàutiques (IEASA) y se implicaran en el proyecto de convertir el aeropuerto de El Prat en un hub de aviación internacional. Ahora, se reclama capital que esté dispuesto a nutrir de recursos anuales la Cámara de Comercio de Barcelona y que ayuden a transformarla. Un cambio que implicará “comprometerla con la situación política del país”, tal y como ha asegurado el Cercle Català de Negocis (CCN), el ariete de los independentistas en los comicios.
Elección por aportación económica
Para hacerlo, desde el entorno de Crous señalan que resulta indispensable obtener representación en este apartado del pleno de la Cámara. Consideran que es donde las condiciones electorales se lo ponen más difícil. Los 14 representantes no se eligen mediante sufragio directo, es la cuantía de la aportación económica anual la que determina las empresas que entran.
Se apostó por este diseño para asegurar la supervivencia de las organizaciones de dinamización empresarial tras eliminar la obligatoriedad de pago del recurso cameral. Esta “subasta de sillas”, tal y como manifiestan las voces más críticas con el sistema, es la principal garantía económica de las cámaras de comercio de todo el país. Las empresas que quieren concurrir deben comprometerse a invertir cada año un mínimo de 75.000 euros. Si empatan en cuantía con otra, prevalece la que cuenta con una adhesión de más años en la entidad empresarial.
Músculo económico
La lista de Crous quiere cortar el paso a las compañías que de forma tradicional ocupan estas sillas. Bancos, cotizadas y multinacionales. Los perfiles que, precisamente, han sido menos favorables al procés. Pero dejar a estas firmas fuera de la institución requiere músculo económico.
Enric Crous, en la presentación de su candidatura a la Cámara de Comercio de Barcelona / CG
Se intenta obtener con este enfoque más político sobre el futuro de la Cámara de Comercio de Barcelona y entre las grandes compañías catalanas que siempre se han sentido más cómodas en este entorno. El apoyo de FemCat en este sentido resulta clave.
Presentación junto a Pimec
En contraste con este contexto y con las acciones que ha realizado hasta la fecha, el entorno de Crous mantiene que la candidatura que encabeza será transversal. Indican que una prueba de ello será la lista de nombres final que se dará a conocer en breve y en las propuestas para el mandato.
Hasta ahora, el ex director general de Cacaolat ha dado a conocer las líneas maestras del plan ante algunas territoriales y ante entidades como Òmnium Cultural, a las que ha solicitado feedback. Este viernes presentará ante los medios el acuerdo que ha alcanzado con Josep Maria Torres, el primer candidato de Pimec para las elecciones a la principal cámara de comercio de Cataluña.
El pacto es, en verdad, a tres bandas. También incluye a Anna Mercadé, extrabajadora de la Cámara de Comercio de Barcelona que lidera una iniciativa para exigir la paridad en los órganos directivos de la organización. El ámbito 50a50 en el que está la secretaria general de FemCat, Imma Amat.
Apoyo de Josep González
El presidente de la patronal de pymes, Josep González, ha confirmado que arropará a los ejecutivos en la presentación. Su buena sintonía personal con Crous es conocida. Han llegado a coincidir incluso en el pleno de la organización de dinamización empresarial de Barcelona. Uno como vicepresidente por Pimec y el otro como representante de la cervecera Damm, la empresa donde ha trabajado durante más años y que controla el 50% de Cacaolat.
La propuesta independentista se enfrentará a la candidatura de Carles Tusquets, el único que no se ha pasado años en el pleno de la Cámara de la capital catalana y que enarbola la bandera de la renovación, y a la del letrado Ramon Masià. Este último ya ha dejado claro que su apuesta personal es la de integrar todas las propuestas en una sola lista. Algo que, por ahora, parece improbable.