Puro espejismo el de los grandes bancos españoles. Habían empezado el año recuperando parte de los retrocesos de 2018 --ejercicio en el que Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Sabadell y Bankinter perdieron 55.000 millones de valor en Bolsa, tras una caída conjunta cercana al 29%--, pero ha bastado una semana para que las tímidas sonrisas iniciales del año se tornaran otra vez en unas caras de lo más largas.

El ‘cóctel molotov’ de unos resultados peores de lo esperado en algún caso, las dudas sobre la subida de tipos en 2019, el efecto contagio de la entrada de Italia en recesión y la amenaza de Bruselas de una multa histórica sobre ocho bancos europeos, no identificados, que supuestamente manipularon la prima de riesgo entre 2007 y 2012, ha provocado que, en una semana, los seis grandes bancos españoles perdieran 11.000 millones de euros.

Vaivenes en la capitalización

Habían acabado 2018 con una capitalización conjunta de 134.000 millones, pero a lo largo del mes de enero el regreso de los inversores había elevado ese valor hasta los 148.000 millones del pasado 25 de enero.

Pero una semana después, vuelta a las andadas, para cerrar este viernes en 137.850 millones. Y eso que las seis entidades ganaron el pasado ejercicio casi 16.700 millones de euros, un 23,2% más.

CaixaBank y Sabadell, espoletas del batacazo

En esta ocasión, la espoleta, o mejor dicho espoletas, que han activado el nuevo batacazo del sector bancario español han sido CaixaBank y Sabadell, que perdían un 7,22% y un 9,09%, respectivamente, en la sesión bursátil de este viernes. Guarismos que ambas entidades no alcanzaban desde el brexit, cuando, en junio de 2016, los británicos decidían en referéndum abandonar la Unión Europea.

En el caso de CaixaBank, los cargos extraordinarios de la integración del banco portugués BPI están detrás del retroceso bursátil. “El beneficio de la entidad se ha situado por debajo de lo esperado por el cambio contable de la clasificación del Banco de Fomento de Angola”, comentaba Nuria Álvarez, de Renta 4. Con la compra de BPI, CaixaBank se quedó con una participación heredada del 48% de esta filial.

El lastre de las filiales: TSB y BPI

Más allá de este asunto, calificado de “confuso” por los analistas de Jefferies, estos ponen el énfasis en un último trimestre de 2018, en el que CaixaBank se comportó peor de lo esperado, con una caída del beneficio del 54%, hasta 217 millones, con retroceso en los márgenes, en contraste con lo acreditado por el resto de competidores.

Por lo que al batacazo del Sabadell se refiere, el lastre de la migración de la filial británica TSB y la limpieza del balances suponían impactos extraordinarios de 637 millones de euros a la entidad presidida por Josep Oliu.

Resultados negativos del Sabadell que Nuria Álvarez, analista de Renta 4, relaciona con “esa debilidad de TSB y las dudas sobre el Brexit, que pesan más que la buena evolución del negocio España, que mantiene una dinámica de generación de ingresos apoyado por volúmenes que da visibilidad al cumplimiento del Plan Estratégico".

Arrastre al sector bancario y al Ibex 35

Los comportamientos de CaixaBank y Sabadell arrastraban a todo el sector y por extensión a todo el Ibex 35, el selectivo que a duras penas logró aguantar por encima de los 9.000 puntos.

Bankia cerraba con pérdidas del 2,36%, Bankinter con un retroceso de algo más del 1%, Santander las dejaba en el 1,51%, y solo BBVA lograba cerrar en positivo, con un avance del 0,52%.  

Esta oleada bajista no es exclusiva de los bancos del Ibex. El conjunto del sector europeo ha sufrido de lleno los efectos de una semana adversa en Bolsa. Las caídas se han acelerado en la semana siguiente a la primera reunión del año del Banco Central Europeo, en la que Mario Draghi enfriaba las opciones de una subida de tipos antes de que finalice 2019, con el consiguiente impacto en las expectativas de la banca, presionado en los últimos tiempos por un escenario continuado de 'tipos cero'.