Los dueños de Codorníu han dado otro paso para vender la mayoría de la compañía al fondo de inversión estadounidense Carlyle. La empresa ha dado luz verde a un cambio en los estatutos del grupo que será clave para facilitar la transacción, tal y como apuntan fuentes cercanas a la propiedad.
Los Raventós han blindado hasta ahora la empresa a inversores ajenos a la familia. Uno de los requisitos que imperaba era que no se podían traspasar títulos a terceros. Así se ha conseguido que la propiedad se mantuviera en el seno de un clan que reunía a 400 personas. Y es que en varias ocasiones han sacado pecho de que Codorníu era la empresa familiar más antigua de España.
Encuentro en Bodegas Bilbaínas
Pero perderán este título en los próximos meses. El fondo de inversión desembolsará los 300 millones de euros antes de que concluya el ejercicio en curso para tomar una posición de control en el capital. Tras el cambio en los estatutos, nada impedirá que la operación se bloquee.
La mayoría del consejo de administración dio luz verde a este proceso en un encuentro que tuvo lugar en Bodegas Bilbaínas la semana pasada. El órgano directivo se debe reunir en La Rioja desde que se aprobó el cambio de domicilio social a finales de octubre por la inseguridad que generaba la situación política en Cataluña.
El espumoso ‘made in’ Barcelona
No se espera modificar de nuevo el domicilio social con la entrada de Carlyle en el accionariado. Ahora, los gestores de Codorníu y los nuevos propietarios del grupo vitivinícola trabajan en dar forma tanto al cierre de la operación como en la próxima estrategia del grupo.
Fuentes conocedoras del debate apuntan a que se apostará por impulsar las ventas internacionales a través de un plan de marketing que pasará por vender botellas de burbujas baratas made in Barcelona. El sparkling wine sustituirá al cava porque se considera que es un producto que es más conocido en todo el mundo.
Nueva dirección
También se deberán definir otras cuestiones como la nueva estructura de gobernanza de la compañía. Y es que la venta de Codorníu llega en pleno proceso de renovación del equipo directivo.
La presidenta del grupo, Maria del Mar Raventós, había anunciado su intención de jubilarse a finales de año y que le iba a sustituir en la presidencia no ejecutiva Javier Pagés, el actual consejero delegado y máximo representante del Consejo Regulador del Cava. Los nuevos accionistas de control aún no han anunciado si ratifican o modifican este plan.