Blusens, el auge y la caída de la empresa de electrónica
La crisis económica y demandas por Derechos Audiovisuales causaron la debacle económica de una empresa líder
10 septiembre, 2018 11:22Nada hacía presagiar hace algo más de una década que una empresa como Blusens tuviera tan estrepitosa caída. No en vano, en el año 2007 uno de sus fundadores, José Ramón García, recibía del entonces príncipe Felipe el premio al Joven Empresario de España. Todo eran parabienes para una compañía que estaba considerada como la reina del MP3 en nuestro país.
Los orígenes de Blusens se sitúan en el año 2002. Dos jóvenes emprendedores gallegos, José Ramón García y Miguel Silva, fundan la compañía en Santiago de Compostela con un capital social de apenas 3.006 euros. Una empresa que desde sus inicios se dedicó a la venta y el desarrollo de productos electrónicos de consumo, siendo uno de sus primeros protagonistas los reproductores de DVD. El éxito inicial pronto dio paso al derrumbe y a una serie de escándalos, como el del Blusens Web TV.
Una facturación de 60 millones de euros anuales en solo 4 años
Lo cierto es que Blusens pronto tomó impulso y se hizo con un importante hueco en el mercado español. Su éxito le llevó a expandir su gama de productos, comenzando a comercializar televisores, GPS, smartphones, tablets, ordenadores portátiles, sintonizadores TDT, reproductores multimedia compatibles con MP3 y MP4, dispositivos PLC para extender la señal de Wi-Fi, entre otros.
El auge de los primeros años fue tal que, ya en el 2006, Blusens se había convertido en la empresa líder en la venta y desarrollo de MP3 en España. De ahí, precisamente, su apelativo de la reina del MP3, con una cuota de mercado de este producto que se situaba entre un 15% y un 20%.
Un éxito conseguido a base de colocar ojeadores en todo el mundo para adelantarse a las tendencias, fabricar en China, fletar aviones para mover la mercancía e inundar las tiendas de muchos países en poco tiempo con una variada y extensa oferta de productos electrónicos.
Expansión mundial
El enorme crecimiento en España trajo consigo, entre otras cosas, la expansión internacional de la compañía, que llegó a estar presente hasta en 40 países, con una facturación que rondaba por aquel entonces los 60 millones de euros anuales con tan solo 4 años de vida.
Todo parecía ir sobre ruedas para la empresa. En España era una de las principales firmas que copaba los grandes centros comerciales, mientras que su presencia en el extranjero cada vez se hacía más importante. Sin embargo, la crisis económica que aterrizó en nuestro país a partir del año 2008 comenzó a hacer mella en Blusens.
La crisis económica: el principio del fin
Blusens es uno de los más claros ejemplos de que la crisis económica llegó a afectar en nuestro país incluso a las empresas más estables. El ritmo de ventas comenzó a caer estrepitosamente a partir de la temporada 2009-2010, hasta el punto de aparecer en la compañía los primeros problemas serios de financiación.
El enorme castillo de naipes comenzaba a venirse abajo tan rápidamente como fue construido. Ya en el año 2013, la firma gallega se vio envuelta en suspensión de pagos con su filial, Blusens Technology, creada apenas justo antes del comienzo de la crisis, lo que devino en impagos continuados a empleados y proveedores.
De esta manera, Blusens no tuvo más remedio que, al igual que muchas otras empresas del momento, entrar en concurso de acreedores, con una deuda de 18,5 millones de euros, anunciando definitivamente su liquidación en el 2017. Pero lo grave de todo esto es que, junto con esta situación de crisis, la empresa se vio envuelta en una serie de escándalos que tuvieron que ver con sus creadores.
Los escándalos de Blusens
Precisamente en el año 2017, su fundador, José Ramón García, fue condenado a una pena de nueve meses de prisión por haber defraudado a Hacienda en la declaración del IVA durante todos los años de existencia de la empresa. El fraude alcanzaba los 800.000 euros, en lo que suponía uno más de los varapalos sufridos por la empresa. Sin embargo, este no sería el último…
El pasado 28 de febrero del 2018, la Policía Nacional detenía a José Ramón García por un supuesto delito contra la propiedad intelectual y otro de organización criminal. El motivo del delito parte del WebTV de Blusens, un aparato en venta desde hace dos años y que permitía acceder gratis a contenidos audiovisuales de pago.
La demanda que supuso la puntilla de la compañía
La denuncia fue presentada por la Entidad de Gestión de Derechos de los Productos Audiovisuales (Egeda), personándose incluso en la misma Mediapro y LaLiga en calidad de perjudicadas.
El escándalo fue de tal magnitud que, a la mañana siguiente de cursarse la denuncia, los clientes se presentaron en las tiendas reclamando la devolución de su dinero (entre 90 y 150 euros). Ese mismo día, José Ramón García declaraba ante el juez y salía en libertad pero con cargos y el pasaporte retenido.
Blusens apenas tuvo un recorrido vital de 15 años. Tiempo suficiente para conocer la gloria y el infierno, una compañía que llegó a copar el mercado electrónico en nuestro país, pero que la crisis económica y una serie de escándalos se llevaron por delante.
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