Inditex ha cerrado una semana horribilis en el parqué. El gigante del fast fashion se ha dejado casi el 10% de su valor (unos tres euros por título) en los últimos cinco días en la Bolsa de Madrid. El origen de este tropiezo sin precedentes en el alumno aventajado del Ibex 35 es un demoledor informe de Morgan Stanley en el que aplicaba un tijeretazo del 19% a las previsiones de evolución de la compañía. Mostraba sus dudas sobre el modelo de negocio de la compañía en lo que los expertos del sector textil aseguran que es la primera manifestación de un cambio en las tendencias de consumo. El culpable: la economía circular.
Esta política impulsada desde Naciones Unidas pone el foco en la necesidad de ser más sostenibles en el uso de los recursos naturales. La ONU advierte de que los modelos de consumo que se han expandido en las sociedades modernas llevan al planeta al colapso y ha encendido las alarmas.
Los mensajes que piden reducir el uso de materias primas, la reutilización y el reciclaje han ido a más en los últimos años y eso ha hecho mella en la sociedad. Especialmente en las generaciones más jóvenes, cuyas realidades económicas y laborales les llevan a la “cultura del utilizar” en lugar de la “cultura de poseer” que ha primado hasta la primera mitad del siglo XXI.
Concepto de ‘usar y tirar’
La multinacional dirigida por Pablo Isla no es ajena a esta realidad e intenta promover el respeto al medio ambiente y en la sostenibilidad en su día a día. Pero los expertos coinciden en que este ejercicio no es suficiente. Como mínimo, no para atajar la letanía en las ventas de las que advierte del banco de inversión.
“Su crecimiento se ha basado en el concepto de usar y tirar la ropa”, señalan. No se trata de una afirmación textual, sino del modelo comercial que ha promovido el grupo textil. La venta de ropa y complementos a “precios muy bajos para incentivar el consumo”, añaden los mismos interlocutores. Este concepto, que ha resultado hasta ahora el pilar de las empresas del fast fashion, choca de frente con la sostenibilidad que se promueve en la economía circular.
Segundo contaminante del mundo
Más, si se tiene en cuenta que los residuos textiles son el segundo contaminante del mundo por detrás del plástico. “De las islas de plástico y de los problemas para desintegrarse de estos químicos se habla mucho, pero de los problemas con la ropa no”, declaran otra fuentes vinculadas al sector.
Advierten que la controversia ambiental no se da en los centros de producción. Se apunta a que los procesos industriales actuales están a años luz del daño en el ecosistema que se generaban en el siglo pasado en las hilaturas y que se ha podido avanzar, por ejemplo, en reducir los contaminantes químicos de los tintes.
Cinco kilogramos de ropa en la basura
“El problema surge en los residuos de la indumentaria, en que los humanos tiramos cada año entre cuatro y cinco kilogramos de ropa a la basura”, afirman los mismos interlocutores; y que son de descomposición muy lenta.
¿Este cambio de tendencia es un problema sólo de Inditex? “No, es de todas las grandes cadenas textiles que se basan en estas políticas de precios tan bajas”, explican desde la universidad.
H&M, en horas bajas
Otros interlocutores destacan que el grupo H&M, el gran rival de Inditex, fue acusado a finales de 2017 de quemar hasta 12 toneladas de ropa sin vender en Suecia. El grupo reconoció más tarde que usaba en su país de origen el stock sin salida como alternativa al carbón en la valorización energética.
Esta firma ha visto como sus beneficios descendían un 44% interanual en el primer trimestre del año fiscal (1 de diciembre – 28 de febrero). Obtuvo unas ganancias netas de 135 millones de euros al tipo de cambio actual y reconoció que acumulaba ropa que no tenía salida en las tiendas por un valor total de 3.400 millones de euros.
Fortaleza del resultado de Inditex
Inditex está a las antípodas de esta realidad. El próximo 12 de septiembre presenta los resultados de la primera mitad de su año fiscal, pero el pasado marzo, el cierre de su ejercicio 2016, anunció unos beneficios récord de 3.157 millones de euros. Cifra que implica crecer el 10% respecto al año anterior. La facturación también tocó techo: 23.311 millones, el 12% más.
¿Ha encendido las alarmas demasiado pronto Morgan Stanley? “El banco de inversión descuenta a futuro, la debacle actual en la bolsa no tiene ninguna explicación lógica”, advierten los analistas. Los análisis de otro de los grandes del sector, Self Bank, por ejemplo, discrepaba de las advertencias de sus competidores.
Asegura que los márgenes actuales de la multinacional le da alas en el futuro y destaca el liderazgo de Isla, el presidente ejecutivo que es aplaudido en todo el Ibex. Otros analistas confían en que, llegado el caso, la compañía dispone de la agilidad suficiente para adaptarse a estos cambios.
Retos a largo plazo
Hay coincidencia en la baja incidencia que tiene la irrupción de las pequeñas comercializadoras de moda on line. Los expertos destacan que sí suponen una competencia directa a los distribuidores y a las tiendas de moda locales, pero no al perfil empresarial del gigante con sede en Arteixo (Galicia).
Los portavoces de la multinacional han declinado hacer ninguna declaración sobre la debacle en el parqué. Fuentes próximas a la compañía manifiestan que se confía en dar la vuelta a la situación con la presentación de resultados de septiembre. “Serán de nuevo excelentes”, señalan los interlocutores consultados. Se advierte que los retos de la compañía son a largo plazo.